EL "TIMING" DE EL SOBERANO

La queja generalizada ha sido la duración del premio Soberano este año. 

A tal punto que algunos dicen que de nada valió el que se dejara a Bad Bunny para cerrar a una hora en que ya los jóvenes, muchos de ellos estudiantes, estaban durmiendo.

La explicación que se ha dado es que cuando la producción estaba ya hecha, aconteció el fallecimiento de Yoscar Sarante, y luego el de Anthony Rios, y hubo que agregar dos segmentos para homenajearles (hay quejas de que no se hizo lo mismo con Luchy Vicioso y Rasputín, a los que solo se les mencionó).

El caso es que hubo que alargar la producción, y qué bueno que para exaltar a esas figuras se hiciera eso. 

Pero, pienso que hay cosas que se pudieron quitar para que la producción fluyera más  ligera.

El tema del tiempo es crucial en celebraciones como esta.

Recuerdo que  siendo presidente de Acroarte por tercera vez, teníamos la duración de El Casandra como  un hándicap  que se decidió enfrentar.

Para ello se hizo un viaje con colegas y ejecutivos de la Cervecería para ver el primer Grammy Latino en el Staples Center de Los Angeles, de donde se trajeron muchas ideas, como el de la Medallas de Nominación.

La primera entrega fue emitida en el año 2000 en los Estados Unidos por la cadena CBS. Fue el primer programa de televisión en español transmitido en horario de máxima audiencia por una cadena estadounidense. 

Para lograr  aligerar El Casandra se contrató  a una productora cubana de Univisión, con experiencia en Premios Lo Nuestro, que cuando vino aquí dio cátedras  de eficiencia con el tiempo.

La producción artística era de Guillermo Cordero, pero en el montaje para televisión ella hizo un premio ágil, fluido, en una combinación perfecta con todos los elementos necesarios para gustar a la gente, sin bostezos, sueños ni aburrimientos.

¿Habrá que hacer lo mismo para trabajar el “timing” de El Soberano?