Joseph Cáceres

Roberto Salcedo: “Sin una Ley de Radio y Televisión, morirá la identidad cultural dominicana”

Por Johnny Arrendel

Roberto Salcedo es uno de esos exponentes de la vida pública que surgen dentro del mundo del espectáculo y la comunicación, que logran hacer la transición hacia la política y mantener su estatus en ambos roles.

No es tan fácil como podría parecer, el solo hecho de alcanzar reelegirse en el riesgoso cargo de alcalde de la ciudad de Santo Domingo coloca a Salcedo entre los políticos dominicanos más ganadores.

Y es que repitió en dos ocasiones sobre la base del apoyo popular a través del voto después de ser elegido originalmente en 2002. Asumió incluso un periodo de seis años, por lo que estuvo catorce al frente del gobierno municipal. 

En la actualidad, Roberto toma nuevos retos, al aceptarle al presidente Danilo Medina su primera designación en un puesto público no electivo, y en un terreno nodal, Asesor del Poder Ejecutivo en Materia de Seguridad Ciudadana.

En exclusiva para Merengala, sostuvimos una conversación con Roberto Salcedo el artista y el político.

Especial, porque este personaje coincide en aspectos con el gestor de esta página, Joseph Cáceres, amén de comunicadores, ambos se formaron como actores de teatro que incursionaron en el sociodrama y la comedia televisivos, incluso con los mismos libretistas.

Ambos, Cáceres y Salcedo, tuvieron también como contraparte a otro actor forjado en las tablas, Ramón Asencio, quien en la actualidad confronta una enfermedad degenerativa en Nueva York, donde reside.

                          Le marcó el humor social

Roberto Salcedo confiesa que en la primera etapa de su incursión en la televisión, a través del Show del Mediodía, su vinculación con el catedrático, periodista, decimero y libretista, Narciso González –Narcisazo-, influenció fuertemente en su percepción y conciencia social.

“En la lucha por la Vida”, era una comedia protagonizada por Salcedo y Asencio, este en el papel de “Tano Kao”, con libreto de Narcisazo, un espacio de fuertes denuncias sociales, que se desarrollaba en momentos de gran represión política durante el gobierno de Joaquín Balaguer.

Refiere que esa vinculación con Narcisazo guió esa inclinación a las luchas sociales, y luego, cuando interpreta también junto a Julio César Matías y otros actores los libretos de Jaime Shanlatte, quien tocaba de soslayo la actualidad política, a través de los personajes Felipito y Lengua Suave, el compromiso se acrecienta.

“De esa manera, comprendí que así como la cultura no tiene que ser aburrida, con el humor como instrumento se pueden exponer muchas situaciones de injusticias en la sociedad y contribuir a solucionarlas”, subraya.

La influencia de Narcisazo, quien no dejaba margen a la improvisación en sus libretos, fue determinante para Salcedo, cuando se constituye en sí mismo en figura de la televisión y comienza a independizarse, se rodeará de talentos imbuidos de la disciplina que es inherente al teatro.

Narcisazo fue su escuela cuando como libretista, quiso hacerlo  contrario a la tendencia predominante entonces del repentismo, es por eso que en el primer programa que conduce, el Calientísimo del 9, le acompañan teatristas como Julio César Matías, Mario Heredia, Víctor Fernández y Nurín Sanlley.

Además,  al menos una vez al año llevaba un montaje al Teatro Nacional con grandes elencos.

   Proteger productores nacionales es tarea del Congreso

Frente a la realidad de que las nuevas tecnologías promueven la globalización de los contenidos, Roberto Salcedo entiende que el Congreso tiene que propiciar leyes a favor de los productores locales de radio y televisión local, como medio de ayudar a preservar los valores culturales nacionales.

Salcedo, quien aspira ser electo senador por el Distrito Nacional, observa que es una tendencia que el público valore en mayor medida contenidos que vienen de fuera, y frente a esa amenaza de desarraigo se impone que el legislador proteja a los productores dominicanos con miras a garantizar la permanencia de la identidad cultural.

Apunta que es fundamental ayudar a esa clase a contar con más recursos canalizados por el empresariado nacional, para elevar la calidad de sus contenidos, ya que la existencia de ese sector es clave  en el sostén de la democracia dominicana.

                Responsabilidad social creó al político

Como todos saben, cuando Salcedo se independiza, crea la empresa Programarte, la más exitosa en términos comerciales en la historia de la televisión local.

En la época de mayor ebullición, cuando Programarte tenía una cantidad inusitada de horas y espacios en la parrilla del canal, Ruth Herrera, ejecutiva de un importante consorcio, le conmina a evaluar su figura junto a la de otros exitosos comunicadores, como Freddy Beras Goico, Rafael Corporán y Yaqui Núñez del Risco.

Herrara advertía que no bastaba con el éxito comercial de sus programas, sino que debía explorar como proyectar aún más su figura hacia el gran público y los estamentos sociales.

Cuando recibieron los resultados del estudio de opinión, descubrieron que, en efecto, Salcedo estaba muy bien posicionado; pero frente a Yaqui, Corporán y Freddy tenía la desventaja de que ellos contaban con una dimensión social que el público a su vez echaba en falta al conductor de 9x9 Roberto.

Decidieron buscar un nicho de responsabilidad social que no fuese abarcado por los otros animadores, y es así como nace la campaña “Como ser un buen ciudadano”, que se apoya básicamente en la publicidad objetiva y tenía una orientación hacia aspectos municipales.

Muy lejos tenia Salcedo que ante el impacto de esa jornada educativa, su figura saldría bien valorada en una encuesta que había ordenado el Partido de la Liberación Dominicana, y que le colocaba como un potencial candidato exitoso a la Sindicatura del Distrito Nacional.

Salcedo, quien no había pensado incursionar en política, a pesar de mantener buenos vínculos con el fundador del PLD, Juan Bosch, y con el líder perredeísta, José Francisco Peña Gómez, recibe entonces una invitación a correr por la Alcaldía de parte de la entidad morada, que finalmente aceptó.

               Consejo a las nuevas figuras de la tele

Preparación y perseverancia son las claves que enumera Roberto Salcedo para alcanzar el triunfo en la dificultosa tarea de forjar un nombre, alcanzar la popularidad y mantener niveles de audiencia en el arte y la comunicación.

“No es posible mantenerse en los medios como figura de éxito sin preparación, los exponentes deben leer constantemente, lo que permite tener un lenguaje fluido, con un mayor vocabulario y manejar diversos temas”, señala.

Considera que, asimismo, cada comunicador debe tener conciencia de que es evaluado constantemente por la audiencia, tanto en su rol profesional como en aspectos personales, y en consecuencia, asumir el reto de renovarse y superarse cada vez, sin necesidad de estar pendiente al trabajo de los demás si no enfocarse en su mejoría constante.

                                                                                                                     Apertura a la crítica

Para Salcedo, ninguna figura pública debería manifestar aprensión frente a las críticas que emanen desde sectores de la comunicación social.

Si usted asume la crítica de los periodistas y demás comunicadores como una labor de supervisión de las tareas que desempeña, de seguro que eso le ayudara a crecer como incumbente de determinada área.

Sostiene es trascendental la responsabilidad de los medios y comunicadores en la construcción de democracias y eso le motiva a tener en su carpeta de proyectos la protección en incentivos legales para los productores de radio y televisión.
                                                                                                                  Inteligencia emocional en el arte y en la política

Roberto Salcedo expresa que para un político o artista es vital manejar correctamente los aspectos emocionales y dejarse asesorar bien a fines de no permitir ser arrastrado por las pasiones de momento que conlleven errores manifiestos de conducta y por tanto la erosión de su imagen.