LO VI EN EL TEATRO...

“El Vestidor” de ilusiones

El vestidor (The Dresser) es una obra escrita por Ronald Harwood que se desarrolla en medio de los bombardeos a Londres durante la Segunda Guerra Mundial.

Se puede decir que es una obra autorreferencial, ya que la misma trata vivencias personales del autor, quien en la vida real se trasladó de su natal Sudáfrica hacia Inglaterra, en busca de espacio para su vocación teatral.

Allí desarrolla su carrera teatral en la Shakespeare Company, trabajando para Sir Donald Wolfit, de quien fue vestidor personal por un lustro.

El texto de Harwood aborda esa experiencia, y se asienta y adentra a través de sus motivaciones vivenciales en estereotipos que abrevan  en medio del fragor de los bombardeos de la Luftwaffe nazi y los silbidos de las descargas a manera de “leit motiv” que empuja la trama.

La obra retrata el universo  de un elenco teatral,  en la que se desentrañan variopintos sentimientos y conductas que van desde el egoísmo, la sumisión, la pasión, el dolor, allanando el camino hacia la reflexión que toda buena obra de teatro debe procurar.

La acción discurre en el camerino de un teatro donde se representa esa noche al Rey Lear de Shakespeare y cuenta  los difíciles últimos momentos de la vida de un actor, (Geovanny Cruz) aferrado a la pasión por la actuación, aquejado por trastornos físicos y mentales, que le impiden recordar los párrafos iniciales de la obra que representa.

Su vestidor (Exmin Carvajal), pendiente de los más mínimos detalles de su amo, a quien controla, haciéndose el tonto, corporiza el espíritu de la sumisión, dejando entrever su condición de homosexual y de alcohólico, en una ditirámbica apología dramática que remarca las complejidades de la condición humana.

Ambos personajes recrean un drama intenso y constante, permeado por un doble pespunte que va desde el humor y el drama, que por momento subraya en lo patético.

Tanto Exmil como Geovanny se descantan con actuaciones formidables, asumiendo con mucho rigor y carácter sus personajes.

Lo propio hay que decir de Yanela Hernández en el rol  de la Señora, esposa  del actor principal, en la trama dentro de la trama.

Completan el elenco Luvil González en el papel de la productora; Karoline Becker como la actriz joven; y Mario Lebrón, el director del montaje, en una pequeña actuación como Geffry.