Joseph Cáceres

¡Par de cambumbazos!

Los inspectores de Pro-Consumidor fueron agredidos y amenazados por vendedores de la calle 42 del sector de Capotillo, en los alrededores del denominado "Mercado Nuevo" (que de nuevo no tiene nada) cuando procedían a decomisar productos con fechas cumplidas de vencimiento.

Los llamados “humildes padres de familia”, que podrán ser padre, pero no “humildes”, si no unos rastreros sinvergüenza, le entraron a piedras y botellazos a los inspectores de Pro-Consumidor, que tuvieron que salir huyendo.

Otro caso es el de Tamayo, donde un grupo de jóvenes capturaron un caimán, que apareció en el dique del canal Trujillo, del Distrito Municipal de Mena, al cual mataron supuestamente para comérselo, y subieron el video a las redes sociales como si se tratara de una gran hazaña, siendo una especie en peligro de extinción, protegida por ley.

Representantes de Medio Ambiente  se trasladaron hasta Mena, ayer miércoles por la mañana, para indagar sobre el caso, pero fueron enfrentados por los presuntos  autores y no pudieron ser apresados.

Vale recordar la ocasión en que inspectores de Medio Ambiente decomisaron decenas de quintales del pez loro o cotorra, especie en veda, y los propietarios de las famosas pescaderías  de la carretera Gregorio Luperón en Maimón, paralizaron el tránsito y rompieron cristales de vehículos, en protesta por la medida. 

Como se puede ver, en todos los casos citados  las autoridades que ejecutan acciones necesarias para la preservación de la salud y el medio ambiente, reciben agresiones por parte de los desaprensivos que dicen ser “humildes padres de familia”.

Y si se actúa con mayor rigor para hacer respetar las leyes y las autoridades, no faltarán los apoyadores y muchos “boca de trapo” que saldrán de inmediato a defenderlos.

Gente taimada que medran en los medios de comunicación para hablar y escribir sandeces.

Cierto es que se debe hacer una campaña de educación, a ver si se logra que en vez de depredadores tengamos gente que cuide las especies, como acontece ahora con quienes vigilan y protegen los huevos de las tortugas marinas.

Pero, en lo que eso se logra, la autoridad y las leyes deber ser preservadas, aún sea necesario el dar un par de cambumbazos a los que se creen con derecho de dañar la salud de los demás, y acabar con la especies en veda.