Charytín le busca el lado bueno hasta a la viudez
La actriz, cantante y animadora mantiene un nivel de entrega y disciplina personal y profesional que le permite disfrutarse su vida a plenitud
Charytín Goyco es pura dinamita. Su energía, elegancia y humor llenan cualquier espacio donde se encuentre.
Sus cabellos rubios, siempre impecables, y los labios pintados de rojo, como los ha lucido desde jovencita. “Es que si me ves con un pintalabios clarito, me dices, ‘¿te pasa algo, te sientes bien?’, porque cambia todo”.
La madre de Shalim y de los mellizos Sharina y Alexander es una mujer chispeante, o al menos así se le ve públicamente, que es gran parte de su tiempo, porque esta dominicana de corazón puertorriqueño no sabe lo que es parar.
La única vez que se planteó la posibilidad de un “hasta aquí” fue en el 2016, cuando se despidió del hombre que complementó su vida de múltiples maneras, el productor Elín Ortiz. “Es la única vez en la vida que pensé que no podía seguir, y fíjate que él tenía mucho tiempo enfermo, que yo hacía muchas cosas sin él. Escándalo TV y muchas de las cosas que hice, él no estaba presente como siempre, y yo seguía, porque él estaba ahí. El miedo mío era cuando Elín se fuera, cómo iba a quedar para mí el alma, que quedó muy mal, pero tantas cosas que surgieron, que Dios me envió, y dije, ‘no, no voy a poder’, y fui haciendo todo, poco a poco”.
Ese “poco a poco” es altamente cuestionable porque desde entonces ha sumado obras de teatro, películas y animaciones a una trayectoria que comenzó a descollar desde inicios de los años 70. “Cuando tu trabajo es maravilloso, te encanta, no es un trabajo, es un éxtasis. Yo hago lo que me fascina de la vida. Me llaman para una cosa de teatro, o para una cosa de televisión, hago una película, todas son cosas que me fascinaron siempre, desde muy niña”, compartió.
Este sábado “La rubia de América” regresa al teatro para el estreno del musical Broche de oro, en el Centro de Bellas Artes en Santurce. En la pieza dirigida por Gil René es “Ágatha”, una mujer viuda, de alto nivel económico, que escogió vivir su etapa de adulta mayor entre sus amistades antes que la soledad. “La gente va a gozarlo como un caso nuevo, y el que vio la película se va a encontrar con los personajes ahí”, advirtió la artista, que formó parte del elenco del filme Broche de oro: Comienzos, también escrita por Raúl Marchand. El escenario lo compartirá con Jacobo Morales, Adrián García, Diego de la Texera, Sara Pastor, Carmen Nydia Velázquez, Víctor Alicea, Marian Pabón, Julio Ramos, Luis Omar O’Farrill y Adrián Bernier Fuentes, en una producción de Alexandra, LLC.
María del Rosario Goico Rodríguez, nombre verdadero, aparece con varias fechas de nacimiento que la ubican rondando los 70 años, pero ella no le da importancia. Cuando único la edad se le presenta es estando de compras y su hija le advierte, ‘mamá, esa falda no la compres’.
“Nunca pienso en eso, la gente que piensa en eso, ya se afectaron”, dijo la abuela de tres nietos, frutos de su primogénito, también artista.
“No he notado el tiempo y le agradezco al Señor, y a mucha gente, y no lo he notado porque no he parado de trabajar. No he parado nunca de tener una acción de lo que me gusta, si no es una cosa es otra, pero no he parado de tener una acción, y para mí, eso es lo maravilloso”.
Charytín asiste al gimnasio cuatro veces por semana -‘pero no puedo abusar del cardio, porque me pongo un palo’-, y cuida sus hábitos alimenticios de lunes a viernes, porque los fines de semana el cuento es otro. “El que me ve un sábado dice, ‘qué mentirosa, mira como come’, arroces, tostones, todo lo que haya en el mundo. Los platos míos son vergonzosos los sábados y domingos, todo lo que tiene grasa y harina”.
Esa disciplina física la comenzó a los 14 años, siendo entonces la única “niñita” en un gimnasio. “Solamente con mis dos embarazos es que he parado el gimnasio. El cuerpo está acostumbrado a mucha acción física. Lo que no puedo es parar, si paro sabe Dios lo mal que me va”.
Sus hijos, amistades, compromisos de trabajo y rutinas de cuidado personal la ayudan a sobrellevar esta etapa de vida aún está asimilando, porque, como bien dice, nadie le enseñó a ser viuda. “Voy a hacer un libro, porque nos enseñan álgebra, trigonometría, pero no nos enseñan cómo ser viuda y casi todas quedamos viudas porque las mujeres morimos después de los hombres”. (Primera Hora)
La pobre charitin cada vez que encuenra la brecha solo habla de su difunto esposo, y de su vida despues que el sr. ortiz colgo los tenis. chari deja eso ya. terminaran los abusos en el mundo porque tu le has visto el lado bueno a la viudez? tumba esa vaina ya
ResponderEliminarFuera de chercha me cuentan que charityn le lleva un año y medio a Fefita!!!
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