PERICO RIPIAO'

En los 80’s se vivía un ambiente artístico tan intenso, que usted salía al malecón y se encontraba con grupos de perico ripio’, magos, malabaristas, cantantes, recitadores, al Sandro Dominicano, mariachis, soneros, timbalerosque se paraban frente a los restaurantes a tocar para que los clientes los gratificaran.
Tanto así, que cuando uno improvisaba una bemberria en su casa, para animar el ambiente bajaba al malecón y contrataba un perico ripiao, por dos potes de romo y 500 pesos, y se pasaban toda la noche tocando en tu casa o en el patio’. Claro, había que darle cena.
Todo eso desapareció…Ya en el malecón no hay ni restaurantes, (tres asaderos quedan) porque hasta el Vesubio cerró, que fue por muchos años el establecimiento más emblemático en su categoría, antes de que los Bonarelli decidieran dedicarse a otros restaurantes como Mitre, la Bottega Fratelli, La Pizzeta, Pizzarelli, y su distribuidora de licores El Catador, entre otros negocios. 
Sin embargo, la calle El Conde ha asumido la dicharachería farandulera, como si fuera Time Square de Nueva York. Ahí usted se encuentra con réplicas artesanales vivas de Michael Jackson, los zancudos, las estatuas vivientes de Anacaona, Enriquillo, los tríos, los mariachis y los perico ripiao del Parque Colón, algunos de ellos auspiciados por el Ministerio de Turismo.
Aunque Radhy Miranda, bautizado como “El Gendarme de la Calle El Conde”, no quiere saber de ellos, pues dice que “estorban” y "contaminan de ruido el ambiente". ¡Qué radical!.
Pero todo ello forma parte de la identidad de nuestra vida capitalina, como la hay en Ciudad México, con su parque de la Plaza Garibaldi llena de mariachis que tocan a los visitantes, igual que aquí con los “perico ripio”, por una propina. “Una cosa es con guitarra y otra con violín”…Es lo mismo, pero "con yuca”,