ARTE NACIONAL

Casi Normales

Desde los primeros viajes que hacía a la ciudad de Nueva York, en los 70’s, acompañando a las orquestas de merengue de la época en sus presentaciones en la gran urbe, no me circunscribí nunca a los clubes donde tocaban como el Happy Hills Casino, y otros establecimientos.

Escapaba a los grandes teatros de Broadway, en el Midtown de Manhattan, en cuyas carteleras se presentaban musicales como El Violinista en el Tejado, la ópera rock Evita, Madame Butterfly, Mary Poppins, Cats, Los Miserables, la Bella y la Bestia, Mamma Mia, El Fantasma de la Opera, entre otras.

Tan demandantes en la taquilla,  que había que hacer reservación de boletería con mucha antelación.

La  afición hacia el teatro de Broadway era el sonido de los “tambores lejanos” de la época en que incursionaba como autor, actor y director teatral en la segunda mitad de los 60’s.

He sido desde siempre un diletante del teatro musical.

Dicho esto, quiero contarles que  vi este fin de semana el montaje  dominicano del afamado musical Casi Normal  (Nex to normal),  obra ganadora del premio Tony 2009 y el Putlizer 2010,  que se presentó aquí  con la dirección de Joyce Roy,  producido por Camilo Then,  con los protagónicos de Laura Leclerc y Alejandro Espino, y un elenco de actores y cantantes de nueva generación sencillamente formidables

Sorprendente  el trabajo que han hecho estos criollos, tratando un tema serio, que deja un mensaje aleccionador, como lo es el trastorno de la bipolaridad que la gente y la sociedad  etiqueta como anormal, sin parar mientes en la traza de sufrimientos e incomprensión que genera este padecimiento, para el que no bastan los medicamentos, ni a veces los recursos de la psiquiatría moderna. 

Como diletante de los musicales quedé gratamente impresionado con este magnífico trabajo, de una puesta en escena y actuaciones bien llevadas, que guardando distancia y posibilidades técnicas, me remontan a las producciones de Broadway.

Señal de que continuamos avanzando, y de que nuestro teatro es capaz de dar algo más que la comedieta y el vodevil  “gastronómico” prevalecientes en nuestro escenario.