En la vida existen más fracasos que éxitos. Lamentablemente solo nos fijamos en lo que brilla.
Por Diego A. Sosa
La tetralogía de uno de mis autores preferidos, Carlos Ruiz Zafón, me sirve para tratar el tema de hoy. En sus cuatro libros el autor gira en torno a un lugar donde los libros que van pasando de moda, o nunca pudieron brillar ante los lectores, encuentran un lugar.
Veo con miedo cómo nos tratan de vender la idea de que todo es color de oro en los emprendimientos. Vivo en medio de una locura mediática en la que los vendedores de sueños nos atosigan para enseñarnos a ser emprendedores. Ese es su negocio, claro, enseñar a ser… aunque la mayoría prende de ese único y nuevo emprendimiento.
Por experiencia sé que no puedo creer en todo lo que pintan. Peor, las estadísticas muestran cómo es todo lo contrario.
Más de la mitad de los emprendimientos digitales no sobreviven los 3 meses. Solo como ejemplo. Si vuelvo al área de los libros, como autor de más de 20 libros conozco muy bien el mercado, les contaré que muy pocos autores llegan a vender más de 200 ejemplares de sus ediciones.
Si tuviésemos un verdadero cementerio para esos libros sería tan grande que no imagino el tamaño. La mayoría de los ejemplares terminan debajo de una cama o en un armario. El sueño de ser autor acaba mal… el de pensar que vivirán de los ingresos de su superventas no pasa de ser un sueño.
Por lo regular escuchamos el éxito de grandes ideas, como Facebook, Apple y otras. ¿Sabemos cuántas quedaron en el camino?
No es que no veamos y nos inspiremos con esas mentes diferentes que han triunfado. Lo que quiero es que veamos que no ha sido casualidad, que han hecho muchas acciones diferentes para llegar a un triunfo diferente.
Para mantener nuestra mente en un punto más equilibrado también recomiendo ir al cementerio... en este caso, el de los proyectos fracasados.
Son demasiados los que nos venden la idea de emprender. Me salen anuncios de tanta gente que su negocio es enseñar a emprender. Prometen convertir cualquier idea en un nuevo éxito mundial. Al final siempre termino viendo que el único negocio que prospera es el de ellos. El de venderle el sueño a otros.
Veo personas que se muestran en autos costosos… los que alquilan por una hora para las fotos, paseando por lugares de multimillonarios y subiéndose a aviones privados para mostrar su éxito, el que venden como ejemplo de a dónde nos pueden llevar.
Parecería que tienen una varita mágica, cuando la realidad es otra. No son tan exitosos como pregonan, por lo menos la gran mayoría, y desaparecerán como aparecieron. Ellos también fueron adiestrados por otros encantadores de serpientes.
Hoy quieren que en los colegios se enseñe más a emprender que a ser empleado. Porque supuestamente los emprendedores tienen mejores opciones y son más exitosos. Queremos que todos tengan la mentalidad de emprendedores a como de lugar. Y peor, pintamos a los empleados como símbolo de fracaso.
No es cierto ni lo uno ni lo otro. Hay muchos emprendedores con dificultades, y existen muchos empleados exitosos.
Lo importante es definir lo que se quiere y de la forma que se quiere uno ganar el dinero. Luego formarse para un camino o el otro… pero con ahínco.
Lo importante es definir lo que se quiere y de la forma que se quiere uno ganar el dinero. Luego formarse para un camino o el otro… pero con ahínco.
FRASE DE LA SEMANA
“Si no veo también los fracasos del sector puedo creer que no necesitaré esforzarme para tener éxito”
Diego A. Sosa
Consultor, Conferencista y Escritor
Diego A. Sosa
Consultor, Conferencista y Escritor
Diego acabo de entender que descubriste la formula de sancochar los platanos sin quitarles la cascara.
ResponderEliminarLo malo de la mayoría de los escritores es, que son muy reiterativos en sus idea, y, una obra viene siendo una copia a carbón de las otras. Muy persistentes en extender lo expresado que hace que se le pierda el interés de seguir leyendo. Comprendo que no se puede ser lacónico en la escritura, pero "lo mucho jasta Dios lo ve (...).
ResponderEliminarComo por ejemplo TU,que siempre expresas lo mismo en todos tus comentarios:los mismos cliches y las mismas burradas.Osea,tus comentarios siempre son una combinacion de longaniza que repite con mangu sin sal y sin aceite.
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