LA NOTICIA Y SU PESPUNTE

La alcaldía de Santiago cerró este lunes el mercado Yaque ubicado en la parte baja de la ciudad, ante la negativa de los vendedores de la plaza de ajustarse a las normas de higiene y calidad que les exigían las autoridades municipales para que permaneciera abierto.

Un comunicado dela Alcaldía expresa que el cierre de la plaza se debió a la rotunda negativa de los vendedores de ajustarse a las normas para garantizar la higiene y la calidad de los productos que allí se vendían al público.

“El alcalde Abel Martínez ha reiterado que la salud  de la población está por encima de  de cualquier interés personal y comercial y aseguró que el mayor interés de la actual administración edilicia es que los vendedores asuman su rol y sean parte de la organización e higiene que debe tener un mercado donde se venden productos alimenticios”, subraya la declaración.

Recientemente el alcalde Martínez advirtió a la ciudadanía que no acudiera al Mercado  hospedaje Yaque porque no reúne  las mínimas condiciones de higiene para los compradores y visitantes en general.(Diario Libre)

Esa publicación es de Diario Libre, que dicho sea de paso, le dio un enfoque adecuado, no como otros periódicos que lo publicaron  con planteamientos muy “fofos” y mediatizados, como suelen hacer ciertos medios poco responsables.

Abel Martínez sigue demostrando que es un alcalde con pantalones, y que no se los deja quitar como otros síndicos paniaguados, que  no son capaces de tomar al toro por los cuernos, cuando se trata de imponer el orden.

Otros alcaldes no se atreven a enfrentarse a los vendedores, ni a cerrar los antihigiénicos mercados que operan en sus demarcaciones, por temor a su reacción, porque siempre concluyen con que son “humildes padres de familia”.

Muchos de esos llamados “humildes padres de familia” no son tales, sino unos verdaderos irresponsables a los que no les importa la salud del pueblo y del ciudadano, vendiendo productos alimenticios en lodazales contaminados de heces fecales y de animales.

Se les permite llevar a sus hogares con su trabajo, el pan de cada día, pero envían a otros hogares “la enfermedad” y la muerte de cada día.

Muchos de esos alcaldes no son más que unos politiqueros baratos, que  piensan que si actúan imponiendo el orden y la higiene, van a perder votos, lo cual es falso de toda falsedad.

Abel Martínez es un alcalde que le ha metido mano los buhoneros, a los mercaderes de la calle, a los arrabalizadores de la ciudad, y por eso se ha ganado el respeto de la colectividad, haciendo de Santiago una de las ciudades más higiénicas, con el centro colonial más hermosa y organizado en mucho tiempo.

La gente lo aprecia. Ha actuado frente al desorden con mano dura, y en las recién pasadas elecciones municipales fue el candidato a alcalde más votado, dando un mentís a los paniaguados y botarates fantoches que fungen como síndicos en gran parte del país.