VIAJEROS DE ULTRAMAR

En los 70’s y 80’s  había que aprovechar los viajes a Nueva York para comprar ropa, zapatos, electrodomésticos, y hasta comida.

Periodistas amigos traían hasta dos maletas llenas de arroz, habichuela, zapatos, ropa, televisores y equipos de música.

Esa practica ha quedado relegada al pasado atendiendo a los rigores del tiempo, que todo lo transforma y modifica.

No se justifica el pagar embalajes de compras o pagar esceso de peso en equipajes cargando artículos que en estos tiempos se consiguen aquí más baratos.

No es de extrañar que los dominicanos que están llegando en estos días, sólo lo hagan con el carry-on suitcase for aircraft, que originalmente fue un equipaje de la tripulación de los aviones, y en la actualidad es la maleta de viaje más popular.

Traer un televisor Led, Oled, pagando aduanas, y con el riesgo de que se rompa en el viaje, no es razonable. Mucho menos si es un plasma o LCD,  que son tecnologías ya superadas. 

El caso es que muchos dominicanos, sobre todo los que residen en USA, cuando hacen un up-grade hacia un smart-tv 
de nueva generación, aprovechan y traen el viejo  para sus familiares, pagando a veces por el embálame y la traída, más de lo que realmente cuesta el equipo.

Y vale decir qued si algo ha avanzado aquí, son las tiendas de electrodomésticos, cargadas de smart tv con tecnología de punta, desde los 4K a los 8K.

Y los precios cada día bajando más, sin hablar de las ofertas.

Lo mismo acontece con la comida…

Es una caballá traer de Nueva York una maleta cargada de arroz y habichuela, bacalao, corn-flakes, compotas, cuando los supermercados de aquí los tienen, al mismo precio o más baratos que en USA.

Empero, hay que decir que la práctica ha disminuido grandemente,  a partir del surgimiento de una generación, de los hijos y nietos de los tradicionales viajeros de los 70's y 80's.

Los milenials de la diáspora en USA integran una generación de dominicanos, nacidos y criados en esa nación, con una mentalidad  avanzada, que nada tienen que ver con sus ancestros, que salieron de aquí y se llevaron su campo en la cabeza, con sus arraigos, fetichismos y creencias. 

Se fueron hacia allá con sus tradiciones y cultura, su modo de vida y se rigieron siempre con los esquemas del pasado.

Pero hasta ahí llegaron…

Ha emergido una generación que es pura tocineta, que no siente ni padece los efectos del desarraigo, en razón de que sus vínculos con el país no son tales, aunque proclamen su amor "por la patria"

Cuando la tocineta esté, me avisan...