Joseph Cáceres

Lo tiburones de la bahía dando sus últimos aletazos

La de Boca Chica es una playa única, de escasa profundidad, lo que la hace ideal para visitar con toda la familia, porque se pueden bañar los niños sin ningún problema.

Pero es mejor ni visitarla, por la arrabalización y el abuso que cometen los intermediarios que sirven de camareros en las casetas y pariguitas que se alquilan a los bañistas.

Un pescado frito con tostones, te lo quieren cobrar más caro que en Boca Marina, Neptuno’s o el restaurant Pelícano del hotel Hamaca, esos ladrones.

Y ahora resulta que el dueño del Bocana Beach and Club, un restaurante ubicado en plena playa, al igual que otros establecimiento de iguales características, amanecieron el primero de agosto, con una cerca, pretendiendo apropiarse de terrenos de la playa.

¡Cercaron la arena de la playa a su alrededor, dejándole a la gente, solo un callejoncito para que pasen.

¿Por qué? ¡Porque estamos en una transición de gobierno, lo que siempre se aprovecha para invadir terrenos, solares, y apropiarse de lo que no es suyo!

Funcionarios de los gobiernos  que se van, suelen hacerse de la vista gorda, porque muchas veces son parte del entramado de las mafias que aprovechan los días finales para llevarse algo.

No se contentan con lo que ya tienen…

¡Esto no se debe permitir!