Hay que aplaudir y celebrar la iniciativa de desarrollar el programa musical “Sinfonía Callejera” que lleva cultura y entretenimiento a través de la música a los barrios populares de la capital en tiempos de pandemia por el coronavirus.
Ya se ha presentado en el parque de Guachupita, La Ciénega, Cristo Rey, Ensanche Luperón, Parque Mirador Sur, Plaza de España, Parque Duarte.
Esta iniciativa de la Alcaldía del Distrito Nacional, la Fundación Sinfonía, el Ministerio de Cultura, la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil, la Dirección General de Bellas Artes con la Escuela Nacional de Danza (Endanza), con la participación de la Orquesta Sinfónica Juvenil, los bailarines de Endanza, el cuarteto de cuerdas ADMA, y los auspicios del Banco Popular Dominicano y de British Motors.
Ello nos recuerda las tardes de retretas que se presentaba los domingos en los parques de la ciudad, con las bandas de música de los bomberos, del Ejército, la Policía, la Marina, la Fuerza Aérea, y otras entidades.
Pero hay algo que no entendemos de la “Sinfonía Callera”
Y es que los conciertos se realizan sin previo aviso “para evitar aglomeraciones”, según dicen.
En algunos lugares hemos visto muy poca gente, debido a que no avisan para “evitar aglomeraciones”. Una especie de “visita sorpresa”, heredada del pasado gobierno.
Después dicen que la música sinfónica es elitista…
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NIURKA BAEZ,
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