EL DIA NACIONAL DEL MERENGUE QUEDÓ COJO...

Merengueros hasta la tambora, siempre y cuando no aparezca un chivo que reclame su cuero...

Cuando en el 2013 el cronista de arte y espectáculo Fausto Polanco tomó la iniciativa de celebrar el Día del Merengue, para que la fecha no siguiera pasando “sin pena y sin gloria” en República Dominicana, se generó un movimiento que caló en la conciencia del pueblo y de los artistas.

Una red de estaciones de radio, que tenían como matriz a Radio Rumba, se dedicó a tocar sólo merengue durante el 26 de noviembre, en tanto que las orquestas del género estuvieron en los principales programas de televisión.

Ese día se depositó una ofrenda en el Altar de la Patria con la participación de las principales figuras del merengue.

¿Qué sucedió a partir de esa celebración? Que los líderes del merengue se decidieran por integrarse y celebrar en conjunto El Día del Merengue. Crearon un movimiento llamado Merengueros Siglo XXl que tenía un chat muy activo con las figuras del género

Sin embargo, asumieron una actitud excluyente con el colega Fausto, pese a que fue el de la idea.

Dijeron que él no era músico ni merenguero para estar en el movimiento. Y hasta un solapado conflicto se generó cuando visitaron las redacciones y oficinas de directores de periódicos buscando apoyo.

Celebraron su Día del Merengue, con el apoyo de la Cervecería y de Medios Telemicro, con un concierto transmitido por Digital 15 desde la Plaza Juan Barón, en el malecón, con gran éxito, pero que no tuvo excento de quejas y chismes.

Hasta que llegó el famoso encuentro del año siguiente con la rueda de prensa en Escenario 360 de Galería 360 donde los merengueros se enfrentaron en una discusión frente a los periodistas, porque unos se opinían a la participación de Omega y otros no.

A partir de ahí vino la debacle…El Día del Merengue no volvió a celebrarse, y el movimiento se diluyó.

Celos, recelos, egos, conflictos de los merengueros dieron al traste con la celebración, aunque digan que no, y algunos hasta se den golpes en el pecho.

Talvez si hubieran dejado a Fausto Polanco al frente de los eventos y festejos, el asunto no hubiera culminado como “la fiesta de los monos”. Digo yo…Jarabe para la memoria.