miércoles, 14 de julio de 2021

ARTE NACIONAL

 El teatro en los tiempos del cólera

En los 50’s, 60’s y 70’s  se vivió en la ciudad de Nueva York la efervescencia del trepidante teatro denominado “off Broadway”, de teatros de aforo pequeño, con montajes alternativos de bajo presupuesto, al margen de los grandes escenarios, que sirvieron de plataforma a los amateurs y profesionales escénicos de gran creatividad como Tennessee Williams y Edward Albee.

Representaban la alternativa a las grandes salas de Broadway, donde había que adquirir con anticipación las entradas debido a la alta demanda debido a su condición de teatros turísticos.


Recuerdo con nostalgia esas salidas a los pequeños teatros adyacentes a Broadway, en el midtown de Manhattan, alejados de la bullanguería del merengue que atronaba en los clubes latinos de New York en los 70’s y 80’s.


Viví esa época, porque como hombre de teatro me interesaba sobremanera la experiencia de esas expresiones tan auténticas de ir a los teatros “off Broadway”, y luego cenar a los restaurantes adyacentes a la zona, como parte de una profilaxis semanal que nos permitía enriquecer nuestro acervo, por aquello de que no solo de merengue, la bachata y  salsa, vive el dominicano.

Hago referencia a esa época del teatro “off Broadway” porque aquí hasta antes de la pandemia se experimentaba una efervescencia teatral inusitada como nunca antes.


Un teatro “off Teatro Nacional” y “off Bellas Artes” con una entusiasta cartelera que mantenía activado  el quehacer escénico en la zona Metro y la ciudad colonial, con producciones teatrales que coincidían en fechas, con representaciones en salas alternativas que se habían abierto en plazas comerciales con gran éxito y asistencia de público.


El teatro estaba en auge, con una inusitada actividad, que la pandemia se ha llevado.


La mayoría de esas salas han cerrado o convertidas en locales para otros tipos de negocio, lo cual representa una gran pérdida para la gente del trabajo escénico, que tanto aliento había generado y logrado en las mismas.


Habría que ver ahora cómo se recuperan esos espacios, y el entusiasmo que los mismos habían generado antes del Covid.

La pandemia nos ha quitado mucho…No sólo ha perjudicado a las orquestas y a sus músicos, como a veces se piensa, creyendo que el arte sólo es merengue, bachata, salsa, y ahora el reagaetón.

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NIURKA BAEZ,
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