La Marina de los Estados Unidos presentó el pasado 12 de enero el diseño del destructor de próxima generación DDG (X), el futurista buque naval dotado con misiles supersónicos y armas láser que liderará la Armada norteamericana durante un par de décadas. Pero el evento que debería haberse convertido en una de las noticias más impactantes en el ámbito militar de lo poco que llevamos de año, una incitación al confeti occidental –y al temblor chino– por lo deslumbrante de un futurista y enigmático diseño, quedó profundamente deslucido cuando múltiples analistas sembraron dudas respecto de su originalidad señalando su excesivo parecido al destructor chino Type-055. De hecho, poco después, el caso ya era un escándalo en las redes sociales.
Como suele suceder en estas ocasiones, habrá quien piense que tal semejanza señalada es obra de una maliciosa campaña china de desinformación, de una perversa sincronización de bots rusos o de ambas, pero lo cierto es que las principales dudas surgieron por el comentario de un analista del USNI –U. S. Naval Institute, foro independiente creado en 1873–, H. I. Sutton, que advirtió al desvelarse el diseño del nuevo destructor el extraño parecido de este con el diseño del crucero chino Type-055. De las propias entrañas norteamericanas.
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