viernes, 14 de enero de 2022

Publicado por joseph el dia 09 30th, 2009

Luis Miguel, como recordarán, le rechazó un cheque en blanco a Ramoncito Báez Figueroa, quien lo quiso traer para que le cantara en su boda en Casa de Campo.

El alegato fue que Luismi es un artista de conciertos controlados por él, que no se presta a cantar en cumpleaños y en bodas, como si fuera un payaso de esos que se contratan para animar a los niños, o un pianista de los que tocan en fiestas de ricos.

Ese argumento algunos en su momento lo consideraron cruel, pues de alguna forma ”embarraba” a un amigo suyo que finalmente fue el artista que amenizó la fiesta de Ramoncito sin problema$$$$$.

El caso es que los ricos presuntuosos se dan el postín de contratar artistas internacionales de gran fama, para que toquen actividades privadas, sin importarle el precio a pagar y hacen ofertas difíciles de rechazar.

Y ocurre que a veces el prurito y la resistencia se va al carajo cuando las ofertas llegan a niveles irresistibles.

El caso más patetico es el de los grandes capos colombianos que, no quieran ustedes saber cuántas veces han llevado a famosos para que canten en sus actividades privadas.

Son los que han salido a relucir en libros y en relatos que han publicado los hijos y familiares de algunos grandes capos que han puesto a muchos artistas a darse ”golpes en el pecho” diciendo que no sabían para quien actuaban.

De las orquestas de merengue tenemos varios nombres, que le hacen honor al refrán de que ”por la plata baila el mono”, aunque ahora se quieren hacer los pendejos.

Algunos no solo ”bailan el mono”, sino ”el monito”, tratándose de mujeres…

Pero volviendo al punto, me resulta curioso que algunos cantantes que rechazan cantar en bodas y cumpleanos de millonarios, para no sentirse como payasos entretenedores ni pianistas de comensales, a lo cual tienen perfecto derecho, de repente dejan de lado el prurito y la verguenza cuando la oferta viene de jeques árabes y excéntricos millonarios rusos, de esos que establecen récords para la historia con las sumas que pagan.

Definitivamente queda claro que ”todos tenemos un precio”, como dice la canción del cantante español Victor Manuel, a quien conocí en la ocasión en que vino al país con Ana Belén a participar en Siete Días Con el Pueblo, compartiendo actividades sociales en balcones y terrazas, junto a Orlando Martínez, al conjuro de una guitarra parrandera, de esas que lo mismo le cantan al llanto, al amor, al silencio, a la rabia, como a una quimera.

Todos tenemos un precio;

todo se compra, se vende;

el traficante, el artista,

intercambian sus divisas.

El esclavo como el rey

tienen idéntica piel

y en el horno se verá

que todos somos igual.

El hombre gordo y el flaco;

el gigante y el enano.

Y aquel que viste de gris

para vivir camuflado.

El que trepa de puntillas

y se olvida de sus pasos

También

aquel que niega su brazo

al que vive más abajo.

El señor y la doncella;

el poeta y su miseria.

Piratas y mercenarios,

falsos revolucionarios.

Algún cerdo disfrazado

de paloma mensajera

También

Caperucita y su abuela;

Tom y Jerry, Cenicienta.


3 comentarios:

  1. Co*×o, pero que cojones un cheque en blanco con los cuartos del pueblo. Debieron darle pena de muerte y ahocarlo en vía publica

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  2. solo falto decir que los artistas con vicio el que lo contrata tiene que tenerle su perico en el camerino junto con las demas exijencia,como decia uno cuando llegaba ala rd al empresario donde esta la cuestion fulano de tal

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    Respuestas
    1. Escuchaste a alguien decir eso mientras estabas comiendo boca?

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NIURKA BAEZ,
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