Joseph Cáceres

Los asadores de los años 50 eran muy básicos y presentaban problemas a la hora de cocinar al aire libre. Cualquier lluvia, cualquier brisa, ponía en peligro el éxito de una parrillada entonces. 

En eso pensaba George Stephen, hace poco más de 70 años, cuando soldaba boyas para un club de yates en Chicago (Estados Unidos). Un día descubrió que tenía en sus manos la solución: pensó en usar la base de la boya para cocinar y la otra mitad como tapa.

Su invento necesitó arreglos: una manilla, tres patas y el consejo de un vecino de hacerles agujeros a ambas partes de la esfera para que circulara el aire. Al verlo cocinar en el extraño artefacto, que algunos tildaron de “nave espacial”, muchos se rieron, pero terminaron admirando el delicioso resultado que se percibía en la carne. Así nació el asador Kettle Original, que los acercó a la parrilla ideal.

De pronto, todos querían el aparato. El éxito de su invento le permitió a Stephen adquirir la Weber Brothers Metal-work –que renombró como Weber Stephen Products–. La empresa floreció de la mano de los asadores en las décadas siguientes

El inventor recorrió su país mostrando las bondades de su ingenio, del que desarrolló modelos eléctricos y de gas, sin dejar nunca su forma esférica. El resto de su vida lo pasó perfeccionando y diseñando variaciones: en los 80, el Weber Genesis, con barras de metal en ángulo, representó un avance en los asadores de gas. Stephen falleció en 1993, convertido en un héroe de las parrillas.

Ahora Weber es líder mundial en asadores y accesorios. En el 2022 abrió su tienda de experiencia en Bogotá (calle 109 n.º 15-27). Allí funciona la Grill Academy, que ofrece clases para perfeccionar los asados y cuenta con un asistente parrillero virtual, la Weber Connect.