martes, 21 de febrero de 2023


Por Diego Sosa

Hay varias opciones para frenar antes de la curva. Si ya no puedo hacer nada para tener el dinero, lo mejor es no exponerse. Pero la que más me gusta es la de frenar para reducir y así tomar la curva con la velocidad correcta.


Hablando con un cliente me expuso una gran filosofía, frenar antes de la curva. Roberto Casoni me regaló esta gran manera de definir cómo parar antes del punto de no retorno.


A pocos días de mi aprendizaje he podido usar esta frase para enseñar en muchos ámbitos. Hoy lo hago en lo financiero.


Todo se podría resumir en prevenir, pero no es tan fácil como parece. Para hacerlo debemos analizar y tomar decisiones que nos evitarán echar mano a la férrea fuerza de voluntad.


Al acercarnos al punto donde nos es tan difícil retornar se hace más complejo tomar la decisión de no entrar en él… lo emocional manda sobre lo racional. Decidir por adelantado no arriesgarnos es lo que pienso más prudente. La decisión racional debe ayudarnos a no exponernos a una emocional, así evitamos una lucha, la que casi siempre gana esta última.


Un ejemplo: Si conscientemente sé que uso dinero no planificado para alguna actividad, debería no exponerme. Salir con los amigos sin el dinero suficiente me llevará a inconvenientes. Creo que me retiraré a tiempo, después de haber utilizado el dinero asignado a ese disfrute en específico, pero la situación casi siempre lleva por el camino conocido.


Algún amigo nos dice que se lo devolvamos luego, o que nos hagamos cargo de una próxima cuenta. Una visita al cajero automático es otra opción.


Un paseo o un viaje también puede descuadrar las finanzas de algunos.


Preparar hoy mis finanzas personales para tener una buena salida en la Semana Santa es mejor que llegar al momento del evento y tener que frenar. 


Para muchos significará frenar antes de muchas curvas para poder tener ese gran disfrute planificado.


¿Qué alguno desea tenerlos todos? Pues ya sabe que las consecuencias no se hacen esperar. Pagar intereses de tarjetas de crédito y otras deudas. Restringirse al máximo en el día a día por precariedades. En resumen, deberá a partir de ahí andar la curva a pie porque no tendrá ni cómo frenar.


Si queremos vivir mejor, frenar antes de la curva nos lleva a no tener que vivir frenando, sino viviendo.

 


1 comentario:

  1. Mierda sosa, según tu artículo te atreves a salir becado, aun teniendo dinero eres capaz de agacharte y que los otros paguen por ti, te gusta frenar en la curva verdad sosa siempre clavando el dinero y que el otro se lo lleve el diablo

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