En el congreso pasa un proyecto de ley para obligar a los restaurantes a que coloquen en el menú de sus servicios de comida la cantidad de calorías que contienen.
Un diputado de los que viajan han visto eso en los menú de los restaurantes norteamericanos, y como Quijotes montados en el caballo Rocinante, quieren aquí repetir la experiencia.
En el país del”na, e’ na” y de “a lo que coja mi bon”.
A lo mejor quieren que los aplaudan con esa iniciativa, en un país donde los lugares de expendio de comida ni siquiera se rigen ni cumplen con las normas sanitarias.
Anteriormente las autoridades de Salud Pública clausuraban restaurantes, comedores, fondas y tarantines de comida porque no cumplían con los requisitos que rigen para ese tipo de establecimiento en materia de salud.
Eso lo quitaron, dizque porque "era una herencia de la Era de Trujillo", y no se puede impedir el trabajo de sustento de los llamados “humildes padres de familia” que intoxican y envenenan a la población que consume sus frituras y chimichurri.
Pro-Consumidor es una entelequia, que no hace nada…
La única que enfrentó la situación fue doña Altagracia Paulino, en la ocasión en que cerró las fábricas de embutidos, porque en los análisis de laboratorio se determinó que le estaban vendiendo a la gente salami contaminado de heces fecales.
Y hasta los haitianos, que se nutren del salchichón y el salami fabricado aquí se espantaron, y vino una ofensiva local de los embutidores diciendo que Altagracita le estaba haciendo un daño a la industria dominicana. Y ahí, como dicen, pasó el palé. Más nunca han vuelto a investigar a los salchichoneros.
Ahora vienen dizque a querer obligar a que los restaurantes determinen las calorías de la comida que sirven…Ja, ja, ja…
¡Vayan a Boca Chica o a las frituras de Villa Mella o de Villa Juana a pedirle “calorias”, para que los fritureros les den “calor” con las pailas de aceite quemado y el tridente que usan para freír!
Si eso se aprueba, los restaurantes les van a poner a cada plato las calorías que les de la gana, y no habrá forma de poder decir lo contrario, pues se tendría que mantener una inspección permanente, mandando platos a examinar a los laboratorios.
No seas tú pendejo…
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NIURKA BAEZ,
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