DEJEN DE DIFAMAR A LUISMI

 

Veo que hay gente irrespetuosa, hablando , escribiendo y opinando sobre Luis Miguel, sin tener conocimiento de causa.

Los teóricos, como siempre, hablando sandeces, sobre situaciones y hechos inventados, para alcanzar likes y views.

Y uno que conoce su trayectoria en esencia, callado, silente ante los arlequines de nuevo cuño, que  se quieren robar el show, como siempre.

Conocí a Luisito Rey, el papá de Luis MIguel, que cuando terminaba sus shows en El Maunaloa, alternando con Manuel Logroño y Las Panteras, nos íbamos a seguir festejando en la suite presidencial del antiguo hotel Jaragua, que tenía asignada Ney Nivar Seijas, jefe de la Policía Nacional, y que Moncho Henríquez, jefe del Servicio Secreto, era el encargado de administrar y controlar. 

Luisito Rey, el mismo de “Frente a una  copa de vino” y el tema “Exito”, ya tenía el permiso de las fiestas que hacíamos ahí.

Se lo conté a su hijo, Luis Miguel, en una cena que Juan Luis Guerra hizo en Miami, para un grupo selecto, donde este hizo unas gambas al brandy. Porque Juan Luis cocina.

Luis Miguel se emocionó mucho escuchando las correrías que había hecho con su padre, recordando la ocasión en que lo trajo al país, (cuando Edmon Elías le pagaba su habitación en el antiguo hotel Jaragua. Tengo fotos de Luis Miguel con su papá, retratado frente al hotel)

De todo eso le hablé en la suite del hotel Fontainebleau, Miami Beach en Florida, y de ahí nació que me invitara a un show de Maritza Casiano, en el Estadio Hiram Bithorn Sosa, en Puerto Rico, donde los seguridad intentó quitarme la cámara, con la que estaba grabando imágenes para el programa Tv-Revista, sin conocer que yo era un invitado especial de Luis Miguel. 

 

(Conservo esos videos de de mi camarita VHS). Maritza evitó que me quitaran la cinta, y dio ordenes de que no me molestaran para seguir grabando.

Ya he contado la ocasión en que estuve  en el Festival de Viña del Mar con Wilfrido Vargas, y mi habitación me tocó al lado de la suite de Luis MIguel en el Hotel O'Higgins. Es otra historia que recontar, porque las fanáticas me hicieron la vida imposible mañana, tarde y noche, paradas al frente en la calzada, tratando de ver a Luismi.

Muchas vivencias, no cuentos, ni hablando de oído.