Luego aquellos tiempos dando clases en el Instituto Cristobal Colón, con su grabadora de cassette en el escritorio, en una época en que no había Internet, y a lo más lejos que se podía llegar en tecnología era a eso para grabar las clases. O sea, que el profesor Leonel estaba actualizado para la época. Y "cuerda" que cogía cuando se le enredaba el cassette, según cuentan sus ex alumnos. Ahí lo ven, con su camisita "chulémbrica" de bachatero, con la que se exhibía como un "dandy" en Villa Juana, muy lejos de los costosos trajes que hoy día usa, porque los tiempos cambian.
Eran los tiempos de "malaria" de fiestecitas caseras, donde todos tenían que poner para el "serrucho", aunque siempre aparece uno que "se hace el loco", y solo pone la boca. Ya aquí lo ven con una camisa más decente, y no tan de chulo, pero si se fijan, llevando a la pareja para la pared...Eran los tiempos de "llévala pal' rincón y apriétala", en lo que Leonel era un "tiguerazo", según las féminas a las que bailaba...Todo se sabe.
Camisita azul que le gustaba mucho a Leonel, esa...Le decían la "camisa asesina" porque mató varios pantalones, y ella igualita. En esos tiempos de prángana, ya Leonel picaba pleitos como abogado en el Palacio de Justicia de Ciudad Nueva, que andaba en un carro cepillo que por cualquier "quitame esta paja se le quedaba" ... que comía al mediodía en una fonda de la calle Hostos de la ciudad colonial, donde había una muchachona que sirvía la comida a la que el amigo, que siempre ha tenido muy buen verbo,"amueleaba" para que lo acotejara bien con un "conconcito salseado", cortesía de la casa, y de vez en cuando, algún mulito "extra", o una "tajá de aguacate". Lo que decimos es verídico, pues la joven se quejó en una publicación en El Nacional, de que luego que se convirtió en presidente, Leonel no le hizo caso. Y las manos que dan, ¡esperan!... Con tan buenos "conconcitos salseados de carne" que ella le dio en la fonda. (El recorte de esa publicación está enmarcado en una pared de El Mesón de Luis, en la calle Hostos).
Eran los tiempos de "malaria" de fiestecitas caseras, donde todos tenían que poner para el "serrucho", aunque siempre aparece uno que "se hace el loco", y solo pone la boca. Ya aquí lo ven con una camisa más decente, y no tan de chulo, pero si se fijan, llevando a la pareja para la pared...Eran los tiempos de "llévala pal' rincón y apriétala", en lo que Leonel era un "tiguerazo", según las féminas a las que bailaba...Todo se sabe.
Camisita azul que le gustaba mucho a Leonel, esa...Le decían la "camisa asesina" porque mató varios pantalones, y ella igualita. En esos tiempos de prángana, ya Leonel picaba pleitos como abogado en el Palacio de Justicia de Ciudad Nueva, que andaba en un carro cepillo que por cualquier "quitame esta paja se le quedaba" ... que comía al mediodía en una fonda de la calle Hostos de la ciudad colonial, donde había una muchachona que sirvía la comida a la que el amigo, que siempre ha tenido muy buen verbo,"amueleaba" para que lo acotejara bien con un "conconcito salseado", cortesía de la casa, y de vez en cuando, algún mulito "extra", o una "tajá de aguacate". Lo que decimos es verídico, pues la joven se quejó en una publicación en El Nacional, de que luego que se convirtió en presidente, Leonel no le hizo caso. Y las manos que dan, ¡esperan!... Con tan buenos "conconcitos salseados de carne" que ella le dio en la fonda. (El recorte de esa publicación está enmarcado en una pared de El Mesón de Luis, en la calle Hostos).
Y así siguió paseando el tiempo...Leonel, con su inseparable camisa azul "asesina", matando más pantalones, a quien ven en la foto esmirriado, pero con la esperanza de que "pronto llegará, el día de su suerte", como dice la salsa.
Y "el verbo se hizo carne", con el discurso motivador de un Leonel que se lanzó con su camisa azul a conquistar a las masas (no se nota, porque la foto es blanco y negro), bajo la mirada observadora de Danilo, con sus espejuelitos de agrimensor o ingeniero civil, con un Felucho Jiménez y un Jaime David Fernández Mirabal, en la época en que todavía seguían la doctrina del profesor Juan Bosch. ¡Excúseme, de nuevo, profesor!.
Hasta que , por fin llegó "el pavo" aquel memorable día en que fue proclamado el hombre que se convertiría en "el león", en un acto sin precedentes donde se abandonaría para siempre la fiel camisa azul para vestir el ropaje de los nuevos tiempos, enarbolando el tema de Manuel Jiménez, "Somos amantes de la Paz". De ahí en adelante, le toca a cada uno de ustedes contar la historia...
4 rialengos que no tienen manera de justificar la fortuna millonaria que tienen en la actualidad
ResponderEliminarMi historia con este "encantador de serpiente" es lúgubre y malvada. Yo, fuí uno de los que le creí a este estafador de ilusiones, el facineroso compulsivo e inexorable, que tuvo la oportunidad en todos los sentidos, de hacerse un grande entre lo grande. Pero no, la ambición por lo mal habido, le nubló la razón y hoy es un vulgar delincuente con la faltriquera repleta de el dinero del pueblo, que no puede exponer, por el temor de caer preso como se lo merece. Me hace daño verlo hasta en pintura, por simulador, mendaz, falaz, e HDP.
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