Joseph Cáceres

 

jueves, 5 de agosto de 2010

La pistola de Rubby Pérez

 Hay gente que se ha sorprendido con la publicación que hizo Juan Carlos Jiménez de una fotografía de Rubby Perez de espalda, durante una entrevista radial, en la que se advierte que el merenguero andaba armado.

Hasta una flecha le colocó a la foto, para que no quepa duda,  para indicar que el bulto que se le ve debajo de la camisa a Rubby es de un arma de fuego, como pueden observar en la reproducción que hacemos de la misma.

La sorpresa viene del hecho de que la delación parte de alguien que trabaja en la oficina de esa orquesta, pues se sabe que Juan Carlos es el encargado de prensa de esa agrupación.

Hay que decir que no es Rubby el único artista que tiene arma de fuego.

Sólo que no las portan, sino que andan con ellas sus encargados de seguridad o guardaespalda, porque no da buena imagen el que un artista esté en la calle con una pistola en el cinto, por más inseguridad  y delicuencia que  exista en el país.

Al amigo Rubby hay que aconsejarle que le deje esa pistola  a su manager Frank Reyes o a su encargado de seguridad porque no se ve bien.

Ciertamente, este es un país donde mucha gente anda armada, incluyendo los artistas, pero como decimos, las mismas deben ser dejadas en manos de los ‘’security’’, como hace Fefita la Grande, que anda con una mujer de seguridad armada, pero no ella.

El Torito en el gobierno de Hipolíto Mejía tenía asignada una Uzi, pero la portaba un militar que era parte de su seguridad.

De armas tomar...

 Armados hasta los dientes

Pero ya que la foto fue publicada, lo cual nos lleva a continuar el tema.

En los medios se publican los carros lujosos en que andan los artistas. Se publican las mansiones y apartamentos, pero nadie  ha publicado qué tipo de armas usan los artistas.

Esa lista la tenemos, porque conocemos al encargado de renovar la licencia de armas de fuego de muchos de ellos.

La de Anthony, Rafa, Dioni, Rubby....No vamos a revelar sus marcas y calibres, pero lo sabemos.

Sería intersante conocer, por ejemplo, qué tipo de pistola tiene Jari....La de Michel, que es a veces tan rabioso. La de Freddy Beras, Sexappeal, Raymond y Miguel, Anthony Santos, Frank Reyes, Eddy Herrera.

Paloma voló asustada

Por cierto, nos llega a la mente una ocasión  en que la cantante española Paloma San Basilio vino al país contratada por un conocido empresario artístico para presentarse en el Teatro Nacional.

El empresario la fue a buscar al hotel en su carro, y ella en el trayecto advirtió que en el piso del vehículo había una ametralladora Uzi.

-Y esto, de qué se trata, porque andais armado?- preguntó con su acento español.

-Es que aquí hay que andar así, le respondió el empresario.

Paloma se quedó callada, y al concluir sus compromisos que regresó a España, dijo allí en una entrevista que aquí en el país todo el mundo andaba armado.

Muchos se alarmaron al leer esas declaraciones de Paloma, porque sin querer nos dañaba.

Claro que tenía una visión exagerada de la situación, pero al empresario decirle que  aquí ‘’hay que andar armado’’, esa fue la impresión que se llevó la artista.

No estaba muy lejos de la verdad, pero una revelación como esa, poniendo al país como si fuera un pueblo del Viejo Oeste americano, le hacía daño a nuestra imagen.

Te cuento uno de vaqueros...

Llegado este punto, si no cuento esto, van a decir que solo veo ‘’la paja en el ojo ajeno’’.

En el 1975 debido a unas amenazas que me habían hecho, los ejecutivos del periódico El Nacional me llevaron donde el jefe de la Policía Nacional, general Neit Nivar Seijas.

El jefe policial dispuso que me dieran protección. Me asignó un policía como guardaespalda, y ordenó que me cargaran un revolver Smith y Wetson, con un formulario 25.

Saben la novatada que hice?. Le cogí a mi padre, que era oficial del Ejército, una correa de balas, de esas que usaban en la cintura los vaqueros.

Me la amarré en la cintura y me aparecí en el restaurant El Gaucho del malecón con un cuadre que ni Lee Van Cleef me ganaba. Entré como los vaqueros que van a echar un duelo con un aire de perdonavida.

Esa aparición provocó un alboroto grandísimo y algunos de los presentes se me acercaron para disuadirme de  no andar con ese revolver al cinto. Me dijeron que ello daba una mala imagen, y que no necesitaba andar así.

Debo confesar que me dio mucha verguenza, porque en verdad fue una muchachada lo que hice.

Había ocurrido que con esa pistola que me había asignado nada menos que el jefe de la Policía, se me  había ‘’parado el pechito”, y poco faltó para que anduviera por la calle  dando galletas.

Eso si, que cuando mi papá se enteró me dio un boche...

Era una época de mucha convulsión farandulera, y algunos  interpretaron que le estaba enviando un ‘’metamensaje a Mundito Espinal’’, quien era mi rival radial , pues su programa De Todo un Poco se transmitía a la misma hora que Arte Nacional en Radio y nos vivíamos ''matando''.

Por esa vivencia que les cuento, no condeno a los ''nuevos vaqueros'', como Rubby Pérez.  Porque al igual que a mí en el pasado, debe ser disuadido de que no andar con eso.