CONTANDO LAS COSAS COMO FUERON Y COMO SON...

La gente  que todavía escucha el programa “La Tremenda Corte”, ( con más de 8 décadas transmitiéndose en la radio y "El Chavo del 8" y "El Chapulín en la televisio) con Tres Patines, El Tremendo Juez, Rudesindo y Luz María Nananina como personajes centrales, suele burlarse de las multas que se imponían en aquellos tiempos, consistentes en 5, 10 y 15 pesos.

Desconocen que los mismos montos se imponían aquí en “La Voz Dominicana” a los locutores que se equivocan leyendo las noticias y a los empleados  que cometían faltas.

J. Arismendi Trujillo Molina, fundador de la potente emisora, una de las más importantes de América Latina, (con RD como el tercer país en contar con televisión en el continente, y primero que España, Italia, y muchos países de Europa) era muy  ñoño con su estación, a un punto tal  que hasta hizo su casa al lado, colindando con el patio, y por eso su ascensor era el de atrás.

Salía de su casa por la parte trasera y  entraba parte atrás por el canal por su ascensor.

Dicho sea de paso, es el único que siempre  ha servido, porque el principal de las visitas en el frente, se mantiene siempre fuera de operaciones y no valen arreglos, como si fuera un conjuro o maldición lo que le ha caído. Y el de Petán en el patio, siempre como un trinquete.

Pues, le fundador era tan celoso, que salía él mismo a inspeccionar la limpieza. 

Se ponía un guante blanco y se subía en un pequeño taburete que le llevaba un asistente, y le pasaba la mano enguantada a las lámparas del techo, de aquellos tiempos, por la parte interior de las aspas, y si se ensuciaba, el encargado de limpieza y el empleado cogía una multa.

Pero no solo en la emisora había una exigencia extrema con la limpieza.

En la Base Aérea de San Isidro, donde estaba el grupo élite de El Jefe y su dictadura, Trujillo y su hijo Ramfis pasaban inspección para verificar el corte de la grama, la pintura, la vestimenta de los guardias, y hasta si mantenían bien arreglados sus camastros. 

Y lo sé porque mi padre era oficial del Ejército. Lo digo y lo escribo, no porque lo vi en Youtube o lo que busqué en Google, como hacen muchos "sabihondos" de ahora,  para engañar a la gente con su "sapiencia hijoeputa".

El caso es, que yo era el que le llevaba la comida de la casa a papá en una cantina, porque no le gustaba comer el "chao" que le daban a los guardias en la 19va. Compañía, que estaba frente al Palacio de la Policía Nacional. Ahí estaba La Guardia Presidencial de Trujillo a la que mi papá pertenecía, con todos los privilegios de la época

¿Y les digo algo?..Aunque era un niño, (estamos hablando de finales de los 50's), quizás con mi vena periodística, mientras papá comía, me decidí a probar el chao que habían rechazado, y encontré ese moro con habichuelas rojas, como  algo fuera de serie) 

No entendí por qué lo rechazaba mi papá. Talvéz por la costumbre de la comida casera. Uno es así, la comida de la casa, con la que ha crecido, la que te hace tu madre,  no la cambias por nada....Por más restaurantes lujosos a los que vayas. 

Luego fue que diferenciaron la comida de los alistados a la de los oficiales.

Había un régimen de consecuencias extremo, dictatorial, si se quiere.

Pero no olviden que Trujillo llegó a presumir  y ordenó  imitar a los soldados Nazi de Hitler, respecto a la disciplina, a los uniformes,  los de la AMD (Aviación Militar Dominicana),  y hasta los mismos cascos de combate que usaban los soldados alemanes que El Generalísimo replicó.

Esto quizás no le interesa a los de la chercha...a los que se entretienen en otros contenidos, en las redes sociales, pero lo que hemos vivido, aunque sea parte de la historia, no lo contamos, en verdad esta sociedad está jodida.

Finalmente, hablando de las multas, extraemos esta narración del veterano locutor Luis Eduardo Lora Medrano, de un libro que escribió con las anécdotas de Petán: