ISMAEL MIRANDA EN EL TBT DE LOS JUEVES

Hoy Jueves de TBT le refresco esta imagen de uno de los grandes salseros, como lo es Ismael Miranda.

Yo arranqué a escribir en el periódico El Nacional en el 1973. Y ese mismo año Ismael lanzó al mercado el álbum  con su Orquesta Revelación, que fue editado por la poderosa Fania Records, con el que penetró El Caribe, Estados Unidos Y Europa.

Y ahí nacieron los éxitos “Las esquinas son”, “María Luisa”, “Cipriano Armanteros”, “La cosa no es como antes”, “Suavecito”, “Vuelve Cipriano”, “La cama vacía”, “La copa rota”. Luego “Borinquen tiene montuno”, “Como mi pueblo,” “No me digan que es muy tarde” y “Las cuarentas”.

Un grande entre los grandes, y ahí me ven con mi grabadorita bajo el brazo,  para hacerle una entrevista que puse en la radio en los 70’s, y que mantengo en mis archivos.

Igual a las que hice con Ruben Blades “pegado” con Pedro Navaja, Willie Colón, Celia Cruz, Johnny Pacheco,Ismael Rivera, Andy Montañez, Héctor Lavoe, Frankie Ruiz, Eddie Santiago, Pete “El Conde” Rodríguez, Luis Enrique, Victor Manuelle, Santiago Cerón, Bobby Cruz, Tito Nieves, El Canario. Los tengo a todos en su “prime”.

Pero, como canta Ismael, “la cosa no es como antes”. 

Tanto así que ahora él canta música cristiana…

En esos tiempos, de la foto, andábamos haciéndole honor a su tema de que las “esquinas son, iguales en todo lao’.

Y enderezábamos las  esquinas en Santo Domingo, con las chicas más bonitas de la época, y cuando viajaba a Nueva York lo propio hacíamos en los clubes de aquellos tiempos como el Copacabana, Palladium Ballroom,  (una de las más antiguas, que se creó, en el 1948). Studio 54 de los 70’’s y 80’s y que fue la más famosa. S.O.B.’S que no me gustaba mucho, porque predominaba la música haitiana. 

El caso es que si tú te cuelas con un artista pegado, las mujeres se te pegan, o te sale "colita".

Lo aprendí de Johnny Ventura, y de El Mayimbe, (aunque de él, "agachado", porque siempre siempre ha sido muy celoso), luego les cuento algunas historias.

Nadie me puede hablar del espectáculo de los últimos  50 años, porque los he visto, y me los he bebido todos.

Pero volviendo a Ismael, el amigo se refugió en la fe y abandonó la vida mundana.

Quizás yo deba hacerlo…dedicarme a predicar la palabra. Pero, como no estoy convencido, temo convertirme en un farsante de los que hay en el medio: “a Dios rogando, y con el mazo dando”.

No sé cómo ustedes me prefieren. 

Auténtico, como soy, como El Zorro, o trasmutándome en El Lobo Feroz, para comerme a La Caperucita Roja, aún sabiendo que la protege el leñador que la salva, según el más famoso cuento de la humanidad, en la historia de vida.