Joseph Cáceres

El debut del mexicano Carín León en República Dominicana mejor no ha podido ser.

Su gira de estadios sigue arrasando por donde pasa.

«¡Qué bonita bienvenida! ¡Qué bonito poder pisar estas tierras!… ¡Que viva Repúblca Dominicana!».

Para los que piensan que todo en la vida es dinero, sepan que Carín tiene un patrimonio neto de 10 millones de dólares según Celebrity Networth, pero la noche del viernes 9 de agosto se ganó el corazón de muchos dominicanos.

La algarabía con su salida a escena, con el Intro para interpretar Secuelas de amor, solo fue el inicio de un crescendo que más adelante le obligó a decir en mexicano: «¡Que pinche energía tan cabrona…! Qué bonito es pisar una tierra donde nunca has estado y que te reciban así!»

Carin León es dueño de un gran talento que ha refrescado la música regional mexicana (Alfonso Quiñones)

El arreglo de Alguien mejor, le dio preeminencia a la tuba, lo que continuó con Como lo hice yo.

Eran las primeras canciones y nadie tenía idea de que el concierto cortavenas -primo segundo de la bachata-, se iba a alargar 49 canciones y unos cuantos tequilas.

Cantó Te vi con él, a cuatro guitarras y muy pegajosa. Y luego «para toda la raza que tiene ganas de llorar esta noche», cantó juntas Entrégame tu amor, del maestro Wilfran Castillo, y Si tu amor no vuelve.

A estas alturas ya se daba por hecho lo que sucedió a lo largo de todo el concierto. El público se las sabía todas, y todas las coreaban miles de voces. Algo que no sucede con frecuencia.

La música de Carín León es mucho más auténtica y rica en búsquedas y hallazgos que la de otros artistas de hoy. Por eso reina entre los jóvenes. Su ventaja está en eso, justamente lo musical.

Te quiero, con una estética kitsch a propósito, es un cortavenas de Carín León .

Luego, su actitud en escena, campechana, abierta, democrática, cariñosa y de entrega a su arte y al público.

Carín es de esos artistas que si Dios quiere, tendrá larga vida artística. Es de los pocos cuya propuesta no es desechable.

En Me la aventé, la tuba siguió protagónica. Como en La farsante. Todas de música de banda. O regional mexicana. Y Cómo duele equivocarse, otra ranchera cortavenas con arreglo de metales.

Un breve momento de tequila y arranca la guitarra electrica rasgada. Una canción que popularizó Noelia: Tu, del colombiano Estéfano. Con arreglo a cuatro guitarras y tuba.

Indispensable, con bajo, guitarra prima y batería, teclado y coro. «Con un buen grado de tequila / se me va a cerrar la herida». El amor de tu vida. El correcto. Y luego con cítara, guitarras y banda, Al Chsi, que hiciera con el Grupo Frontera.

Entre las múltiples colaboraciones de su repertorio cantó junto a una de sus coristas, Te lo agradezco, que grabara a duo con Kany García.

Otra colaborativa, esta con Justin Quiles, La esquina del Mall, que canta «Te quiero abajo, como al gobierno de Fidel» o «Quiero ser tu pasatiempo favorito».

Originalmente grabado con Hombres G, Te quiero comienza casi como un ragtime, aunque se desborda en una balada pop con elementos del rock.

Siguió con No es por acá, del disco Colmillo de leche, del cual son algunas del repertorio. Y después introdujo con la cítara Llorar por llorar.

De Boca Chueca Vol 1, Despídase bien, una balada pop rockeada, cuyo coro soporta uno gospel.

Por culpa de un tercer

o, «Con esa cara de que no rompes un plato / me rompiste el corazón» y «Yo no tengo la culpa de que en el pasado / te hayan lastimado». Solo de guitarra.

A estas alturas agradeció a República Dominicana otra vez por un sueño cumplido. «De los mas grandes públicos del mundo», sentenció eufórico. Entonces cantó Qué más puedo pedir, del compositor Rubén Salazar. Solo de trompeta.

A ritmo de salsa, Vida pasada, el tema que grabara a duo con Camilo, donde salió un corista suyo a acompañarle.

Acordeón y banda con saxos, trompetas y trombones. Que vuelvas, una canción tejana y de cumbia norteña.

Y no podía faltar el Ridley Apache donde le va de frente a la cumbia norteña.

Del regional mejicano La boda del Huitlacoche, donde ocurre un contrapunteo entre la tuba y el acordeón, un trabajo muy interesante de instrumentación.

«El público de Santo Domingo parece mexicano», expresó al ver que hasta bailaban sus canciones. Si guió con el mismo género musical para Me nace del corazón, del disco Colmillo de leche.

Por ahí llegó a Música de fondo, una balada con la cítara sonando allá abajo y la guitarra punteando rockeada.

Tu amor barato: «Qué poco me conoces / si juras que te extraño / me vale tu recuerdo / por tu amor no sufro daño». Música regional. Esa tuba precisa y profunda, y los metales bien acoplados.

El tóxico. También regional mexicano, como Ojos cerrados, de su colaboración con la Banda MS.

Y llegó el momento de su canción probablemente más escuchada Primera cita, con ese dejo de blues y esos versos sostenidos por los metales y un teclado de pianola. Lanzó el sombrero al público y se puso una gorra. Antes había estado firmando sombreros que le pasaban desde el público al escenario.

Otra de las más escuchadas: Aviso importante. Y después Dame un beso y dime adiós. Y SI una vez. Para desembocar en el homenaje a Joan Sebastian.

El medley incluyó 25 rosas, Tatuajes, Un idiota, Me gustas, Rumores Con banjo, acordeón, tuba, metales, guitarras.

Según quien, que grabará a duo con Maluma. «Dile al que te está informando, que te está malinformando, que te informe bien»…

Las ñapas fueron con Dame un beso y dime adiós, Hasta que me olvide, Llama por favor, A medio vivir, Quisiera saber, un popurrí de José Alfredo Jiménez y Nunca voy a olvidarte, de Roberto Belester.

La citara, pariente del swarmandal, el acordeón, la tuba, más bien el sousafón, algún bombardino, las trompetas, los saxos y trombones, forman parte del zoológico musical de Carín León con una banda de más de 30 personas en escena.

Excelente organización, limpieza, una puesta en escena con todas las de la ley, incluyendo confetis, efectos de chorro de fuego y humo, luces, sonido y pantallas led. Pero sobre todo un gran artista y un fabuloso concierto.(Alfonso Quiñones/El Caribe)