jueves, 26 de septiembre de 2024

LA MUSICA POPULAR EN PANTIES

 


Se habla hoy día de que la calle es la que está pegando la música y los géneros musicales, creyendo algunos al decir esto que están descubriendo "el agua tibia en nevera" y "el hilo en bollito". 
Deberían analizar las cosas mirando hacia atrás y ver, por ejemplo, que si Johnny Ventura construyó una plataforma amplia en el merengue se debió, en su tiempo, a la calle.
A los sectores populares, a la parte alta, al barrio, desde los tiempos en que tocaba en El Moderno de la Avenida Duarte en los años 60 para un público conformado para "los cueros de paso" y de "amanecida".
Deberían indagar quien fue Tony Echavarría, (Cambumbo), el principal gendarme de Los Caballos en la parte alta de la ciudad, y su gran influencia en las mujeres de vida licenciosa, que eran de las principales promotoras de Ventura.
Cambumbo solo hacía bajar una línea, y con ello bastaba para que las mujeres se te acercaran o lo rechazaran.
No se debe tampoco olvidar el séquito del Club de los Monos, con Tito Campusano, Corporán, El Gato y los demás que eran los reyes y los príncipes de la "temible" parte alta de la capital, de la que huían los artisrtas "nice", pero que fueron siempre el principal soporte de los artistas populares, que luego debieron ser aceptados por los clubes sociales y la gente "high", porque no les quedó de otra.
Ese merengue que no falta ahora en los bailes de los clubes sociales, era el mismo merengue que los grupos tocaban en las fiestas de Herminia, El Tronco, Nancy, y los grandes cabarets de prostitutas de los años 70 y 80.

Si los merengueros fueran agradecidos, les hicieran una plaza, con una estatua, en reconocmiento a las humildes  trajadoras  de "piernas abiertas" que en esa importante etapa les sustentaron acudiendo a todas las actividades de los grupos musicales de ese tiempo.
De ello pueden hablar y dar cuenta, Frank Girón y Rubén Darío Aponte (El Gordo Gordo), que organizaban fiestas bailables con orquestas en el cabaret de la Tía Herminia
En otra palabra, fue una imposición la que hubo...Una impronta que ocupó un importante espacio, que anteriormente pertenecía en los clubes sociales a las orquestas Santa Cecilia, la de Rafael Solano y Papa Molina.
Tengo mi tesis de que el merengue en los setenta y ochenta, se sustentó en gran medida por la calle, por los cueros, por el barrio, y lo que hoy acontece  con la denominada música urbana, es una reiteración del mismo proceso, que también se dio con la bachata.
¿Quién impuso la bachata hasta el punto que hubo que premiarla y llevarla al Teatro Nacional?. ¿Los sectores sociales de clase alta, o la calle, el pueblo, el barrio, el campo?.
Así es que dejen de darse "pompa", hablando de la calle, como si la misma fuera ahora que se manifestara.
Un poco más de sentido común y conocimiento de sociología popular les pudiera muy bien servir para sustentarse en teorías.

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NIURKA BAEZ,
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