El evento se llevó a cabo en la Sala Aida Bonelli del Teatro Nacional y contó con la presencia de destacadas figuras del espectáculo.
Los protagonistas de esta gran celebración fueron los ganadores del Gran Soberano en la categoría de merengue: Ramón Orlando, Fernando Villalona y Pochy Familia.
Otros protagonistas fueron los expresidentes de Acroarte: Joseph Cáceres, Maribel Contreras y Máximo Jiménez, quienes compartieron sus experiencias y la dificultad de la decisión al elegir entre los nominados en tan prestigiosa categoría.
Cáceres recordó el histórico empate entre Juan Luis Guerra y Ramón Orlando, un hecho sin precedentes en la historia de la premiación en aquel entonces.
Al destacar los valiosos aportes de los expresidentes, lamenté la ausencia de Fausto Polanco, quien ha brindado un gran apoyo al merengue dentro y fuera de la institución, con su programa radial "Aquí está el merengue", su libro "Merengueros" y sus constantes acciones para el rescate y reposicionamiento del género. Su ausencia en una iniciativa que surgió de su pasión por el merengue resulta sorprendente.
La actividad estuvo llena de emociones y debates. Ramón Orlando, en su discurso, se centró en las debilidades que, en su opinión, debe fortalecer la institución para ser más justa y transparente.
Ramón considera que los asuntos personales no deben mezclarse con los logros profesionales, una opinión con la que coincido plenamente, ya que muchos artistas con dificultades similares han sido reconocidos sin que sus problemas personales trascendieran. Alex Bueno, otro artista con méritos suficientes y con una historia similar, también fue castigado por los cronistas, recibiendo su primer galardón al mérito en 2019, una deuda pendiente desde 1985, con su primer álbum como solista, logró éxitos como "A donde vayas", "El Jardín Prohibido" y "Gigante", y posteriormente, "Ternuras", con canciones como "Amor de pobres", "El Hijo Mío" y "Alguien durmió en mi cama" en 1992.
Entre las deudas pendientes de la premiación se encuentra la del comandante Aníbal Bravo, quien celebra 50 años de trayectoria sin haber recibido un galardón por sus importantes contribuciones al merengue. Por su orquesta desfilaron grandes figuras, dejando algunas huellas imborrables en su repertorio, como Yleana Reynoso ("Zape pá allá"), Jochy Hernández ("Las Chicas de Hoy"), Bobby Rafael ("La Revancha" y "La Llorona"), Johnny Vargas ("El Preso"), Félix Cumbé ("El Gatico"), y Tony Bravo ("Flor Dormida"), entre otros.
Sobre la elocuente exposición del maestro Ramón Orlando, solo objetaría su exceso de sinceridad al minimizar la importancia de los sietes premios recibidos en una sola noche (1992), afirmando que la valoración del público es lo realmente importante. Considero que este comentario fue inoportuno, dado que era un invitado de honor y considerando el significado de este premio para sus colegas que aún aspiran a recibirlo.
Esta declaración provocó la inmediata respuesta de Carlos T. Martínez, quien refutó la posición de Orlando, aclarando que los cronistas se esfuerzan por reconocer a los artistas destacados y con una trayectoria sobresaliente, reconociendo que, entre tanto talento, es natural que se omitan algunos. Añadió que realizan su trabajo por vocación, sin remuneración alguna.
Ramón mostró la fotografía de los ganadores del Gran Soberano para ilustrar su punto de vista de que el merengue se encuentra estancado en la generación de los 80, solicitando la intervención del gobierno para una mayor difusión radial.
En este punto también coincido con el maestro, ya que se prefiere a los merengueros clásicos sobre los nuevos talentos. Mientras esta realidad no cambie, no tendremos un verdadero representante del género que garantice su sostenibilidad.
José Rubén Gonell Cosme, director de la Oficina Nacional de Derechos de Autor (ONDA), respondió que el gobierno no debe respaldar las empresas de los merengueros, y que estos deberían usar sus orquestas para promover nuevos talentos.
Si bien la idea de usar las orquestas de los merengueros para impulsar nuevos intérpretes es interesante, considero que la opinión de Gonell desvirtúa el punto de Ramón. Los merengueros de los 80 no necesitan nuevos éxitos; poseen un amplio repertorio para sus presentaciones y sus discos siguen siendo escuchados en los hogares dominicanos sin necesidad de intervención gubernamental.
Quienes necesitan difusión son los nuevos talentos que carecen de oportunidades. A diferencia de la opinión del titular de la ONDA, considero que sí es responsabilidad del gobierno preservar y promover la identidad cultural del país, por lo que la solicitud de mayor difusión del merengue es totalmente justificada.
Finalmente, las palabras de Fernando Villalona, al reconocer su superación de las adicciones gracias al Espíritu Santo, y su emoción al recibir el premio tan anhelado, fueron muy emotivas.
Pochy Familia, por su parte, explicó que en su juventud no apreció en su justa medida los logros obtenidos por su orquesta, valorándolos solo después de la pandemia, al revisar videos y reflexionar sobre el trabajo realizado.
Felicito a Wanda Sánchez y su equipo directivo por el extraordinario trabajo realizado. En momentos en que muchos auguraban la desaparición de la Asociación, esta ha alcanzado un mayor auge, sumando logros que demuestran el avance continuo de la entidad. Actividades como la de anoche, junto con la transmisión de la ceremonia de los premios por una cadena internacional, son prueba de ello.
Adelante y éxitos…
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NIURKA BAEZ,
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