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Razones por las cuales, a fin de cada año, esto es más intenso
El siguiente artículo fue motivado por la observación de que, en lugar de tomarme el mes de diciembre para fiestas y diversiones, lo que hago es dedicar estos días a estructurar los pasos para el próximo año. Esta decisión ha provocado que haya tenido que conversar con amigos cineastas, productores de radio y televisión, creativos de agencias publicitarias, creadores de software y expertos internacionales en el uso de la inteligencia artificial generativa. En la mayoría de las conversaciones, coinciden en este fin de año en un aspecto común: algún grado de depresión. Sus experiencias me motivaron a consultar a profesionales de la conducta y otras fuentes que aportan orientaciones y soluciones que podrían servir, a artistas y creativos en general, y no se descarta que estas enseñanzas sean útiles en otras profesiones. Todas las consultas están resumidas en el siguiente artículo, que podría tocar muchas vidas.
Al finalizar cada año, es común observar un aumento en la conversación pública sobre la salud mental, especialmente entre artistas y creativos. Estos profesionales, que dedican su vida a la producción de obras que inspiran, a menudo entran en un profundo abismo emocional. La depresión entre artistas no solo es un fenómeno recurrente, sino que también parece ser un aspecto casi inherente de la creatividad. Pero, ¿por qué ocurre esto con tanta frecuencia?
1. La Profundidad de la Sensibilidad
Los artistas y creativos suelen ser personas altamente sensibles, percibiendo y procesando emociones y experiencias en niveles que otros pueden pasar por alto. Esta sensibilidad les permite expresar su visión única del mundo, pero también los hace más susceptibles a la tristeza, la ansiedad y el desánimo. Al enfrentar y explorar emociones complejas, a menudo entran en contacto con sus propios miedos y vulnerabilidades, lo que puede propiciar episodios de depresión, tratando de ocultar o vencer estos sentimientos a través de jornadas intensas de trabajo creativo que, muchas veces, superan los tiempos normales de descanso de cualquier ser humano.
2. La Presión del Rendimiento
En un mundo donde el éxito artístico a menudo se mide por la crítica y la aprobación del público, los llamados "haters" en las redes sociales utilizan estas plataformas para expresar comentarios negativos, destructivos, ofensivos y muchas veces muy injustos. En numerosos casos, estos "haters" se refugian en cuentas falsas, donde realizan sus comentarios de forma anónima. Si sienten algún resentimiento hacia un creativo o artista, aprovechan el anonimato para, de manera cobarde, intentar hacer daño. Debido a este auge de las redes sociales, los creativos pueden sentir una constante presión mayor para rendir al más alto nivel. Esta necesidad de satisfacer expectativas externas genera un estrés crónico que, combinado con la autoexigencia, puede desencadenar sentimientos de insuficiencia y frustración. El miedo al rechazo, a la crítica y el deseo de ser extremadamente perfeccionistas también puede ser abrumador, llevando a muchos a caer en la desesperación.
3. El Ciclo de la Creatividad
La creatividad a menudo se mueve en ciclos. Períodos de intensa producción pueden ser seguidos por fases de sequedad creativa, lo que puede resultar en frustración y desilusión. Los artistas pueden experimentar un sentido de vacío o pérdida de propósito cuando sus períodos de productividad se desvanecen. Esta oscilación normal puede llevar a sentimientos de depresión, especialmente si su identidad está profundamente ligada a su capacidad creativa.
4. La Conexión con la Soledad
A pesar de la posición pública que muchas veces ocupan, los artistas y creativos pueden sentirse profundamente solos. A esto se suma que, al pasar los 50 años, a pesar de que muchas veces se mantienen más al día que muchos jóvenes en los cambios tecnológicos, enfrentan intentos de muchos por sacarlos del mercado, acusándolos de haberse quedado en el pasado, cuando la realidad es que su experiencia acumulada es tan valiosa que no tiene precio. Además, la naturaleza de su trabajo implica largas horas de soledad y auto-reflexión, lo que puede intensificar la sensación de aislamiento. Esta soledad, en combinación con la comprensión de las luchas internas que sienten, puede ser un terreno fértil para la depresión.
5. Factores Temporales: Fin de Año
A medida que el año llega a su fin, muchas personas reflexionan sobre sus logros y pérdidas. Para los creativos, este momento puede evocar un análisis agudo de lo que han alcanzado y de lo que aún desean lograr. Las expectativas que se imponen a sí mismos, unidas al paso del tiempo y al deseo de ser más, pueden intensificar los sentimientos de insuficiencia. La temporada festiva, que para algunos puede resonar con alegría, puede acentuar la soledad y el vacío de quienes se encuentran en una lucha interna, donde es común que se aíslen y se queden en su propia burbuja. A menudo, se sienten culpables por no haber alcanzado ciertas metas a lo largo del año, cuando, muchas veces, la responsabilidad real recae en circunstancias que escapan al control de los artistas y creativos, como la corrupción gubernamental, epidemias, catástrofes climáticas o la competencia desleal en los negocios.
6. Estigmas y Falta de Apoyo
Los artistas y creativos a menudo enfrentan un estigma asociado a la salud mental. La percepción de que la tristeza es parte del proceso creativo puede llevar a muchos a sentir que deben lidiar con sus batallas en soledad. La falta de un sistema de apoyo adecuado, ya sea por temor al juicio o por la creencia de que la depresión es un signo de debilidad, contribuye a la perpetuación de estas luchas.
Finalmente, la depresión en artistas y creativos no es solo un fenómeno individual, sino un reflejo de la complejidad de la experiencia humana. Aquellos que piensan profundamente, que sienten intensamente y que buscan constantemente la conexión a través de su arte o creatividad, a menudo se ven atrapados en un círculo vicioso de sensaciones abrumadoras y presión por el desempeño. Es crucial que la comunidad, tanto dentro como fuera del ámbito artístico, comience a abordar estas realidades, ofreciendo apoyo y comprensión. La salud mental debe ser prioritaria, y la conversación sobre la depresión entre artistas y creativos es un paso vital para desestigmatizar sus luchas, eliminar el silencio y fomentar un entorno donde se valore tanto la creatividad como el bienestar emocional. Cuando veamos a nuestro alrededor un caso similar, debemos ofrecer el apoyo de la comprensión y la compañía afectiva, para no tener que lamentar cuando ya sea demasiado tarde.
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