Hasta $2,000 millones de dólares en ayuda federal de la que dependen todas las escuelas públicas de la Gran Manzana para brindar apoyo a sus alumnos más vulnerables se encuentra en juego mientras el presidente Donald Trump quiere desmantelar el Departamento de Educación de Estados Unidos (ED).
La contribución ha dado por mucho tiempo un respaldo específico para las escuelas de bajos recursos y estudiantes con discapacidades, entre otros programas de educación populares que, de acuerdo a los especialistas, son lo mejor para el Congreso, al que el mandatario republicano necesitaría para poner en marcha su plan, para seguir financiando.
La ayuda federal representa el 6% del presupuesto de educación de la ciudad, con otras fuentes de financiación aparte del ED. Un vocero de las escuelas indicó que la ciudad no había recibido orientación del gobierno federal sobre el posible impacto de los programas o servicios locales, perro que “seguirá de cerca los acontecimientos en curso”.
“Potencialmente, estamos considerando recortes federales que contribuyen a $2 mil millones de dólares de nuestro presupuesto”, dijo la canciller de las escuelas de la ciudad de Nueva York, Melissa Aviles-Ramos, luego de que la actual administración tratara de congelar la financiación federal por medio de una acción ejecutiva separada.
Desde ese momento, se han elevado discusiones en la Casa Blanca sobre una orden que obliga al secretario de educación a empezar a reducir el Departamento de Educación. Posteriormente, Trump solicitará al Congreso, que dio luz verde a una legislación en 1979 para crear la agencia, que la aboliera.
Como parte de los primeros planes del magnate neoyorquino, algunos programas educativos podrían ser administrados por otra agencia federal, a la vez que otros podrían verse reducidos o en la lista negra de eliminación con la aprobación del Congreso.
Asimismo, ya se ha puesto en licencia a docenas de funcionarios federales de educación, que antes laboraban en las oficinas que distribuyen fondos a escuelas primarias y secundarias o hacen cumplir las leyes de derechos civiles.
Un grupo de demócratas de la Cámara de Representantes, incluyendo legisladores de Nueva York, trataron de forzar una reunión con altos funcionarios de educación sobre el plan de deshacerse del departamento, pero se les prohibió ingresar a su sede.
“Trump y Elon Musk quieren destruir el Departamento de Educación y poner en peligro el futuro de millones de niños, desde Nueva York hasta todos los rincones del país”, dijo la representante Nydia Velásquez, demócrata por Nueva York, en X, al publicar un video de legisladores a los que se les niega la entrada al edificio.
“No permitiremos que se salgan con la suya. Nuestros niños merecen algo mejor”.
La posible orden cumpliría una de las promesas de campaña de Trump y una campaña de décadas de los republicanos para eliminar poco a poco la agencia de educación, que creen que desperdicia el dinero de los contribuyentes e infringe el control local de las escuelas públicas.
Aparte de la existencia del departamento, algunos de sus programas más importantes se deben al Congreso, incluyendo los fondos del Título I para escuelas de bajos ingresos y el dinero asignado a través de la Ley de Educación para Individuos con Discapacidades para educación especial. Tanto el Título I como la ley de discapacidades son previas al Departamento de Educación.
El profesor de la Facultad de Educación de la Universidad de Columbia, Aaron Pallas, expresó que gran parte de los fondos federales que reciben los centros educativos de la ciudad provienen del Título I, que se canaliza por medio del estado y, en menor medida, de la ley de discapacidades, informó Daily News.
El año fiscal pasado, la ciudad de Nueva York recibió $826 millones de dólares en fondos del Título I y $417 millones de dólares bajo la ley de discapacidades, dicen los documentos presupuestarios de la oficina del contralor.
“En teoría, el presidente no puede cancelar arbitrariamente esas asignaciones o dejarlas en cero”, manifestó Pallas. “Son obligaciones legales con las que se comprometió el Congreso, así que no creo que el dinero vaya a desaparecer”.
Inclusive si los flujos de financiación se trasladan a otras agencias, Pallas tenía preocupaciones sobre el mensaje que podría enviar el desmantelamiento del ED.
“Me ha reconfortado durante los últimos 45 años tener el púlpito del matón, una persona de nivel de gabinete, que hablaba en nombre de la educación pública”, dijo.
“El desmantelamiento del departamento y la difusión de sus funciones a otras agencias elimina eso. El compromiso colectivo con la educación pública se debilita si no tenemos un portavoz visible en el puesto de secretario de educación”.
Algunos fondos federales en las escuelas públicas de la Gran Manzana provienen de agencias diferentes del ED y no se verían directamente afectadas por un intento de desmantelamiento.
No obstante, los programas que se ejecutan en otras partes del gobierno federal, como el cuidado infantil y el almuerzo gratuito, podrían enfrentar recortes si Trump actúa sobre una “lista de deseos” de prioridades conservadoras para su segunda vez en la Casa Blanca.
“Solo para dar una idea de los otros grandes, porque no todos son del Departamento de Educación, y algunos otros están nombrados en el Proyecto 2025, Head Start es otro grande”, explicó Emma Vadehra, vicerrectora y directora de operaciones del distrito.
“Las subvenciones en bloque para el cuidado y desarrollo infantil, y también la comida escolar, es otra importante fuente de financiación del gobierno federal”.
Por su parte, el profesor de derecho y política educativa en Brooklyn College y el Centro de Graduados de CUNY, David Bloomfield, señaló que los programas impopulares al presupuesto de educación podría hacer que los legisladores, incluyendo los republicanos, lo piensen dos veces antes de seguir el ejemplo de Trump.
“Los republicanos en el Congreso dependen de retener los escaños republicanos de Nueva York”, señaló Bloomfield. “Si se responsabiliza al Partido Republicano por los recortes a la financiación escolar en esos distritos del estado de Nueva York, esos escaños podrían estar en peligro en 2026”.
Pero animó a los legisladores estatales y municipales a estar preparados para reponer los fondos federales perdidos.
“Deberían estar preparándose para lo peor y esperando lo mejor”, dijo Bloomfield.
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NIURKA BAEZ,
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