Una reunión familiar de estos días me recordó situaciones de mi infancia: Cuando me castigaban o reprochaban (por lo general ambas) por haber hecho algo. Es que escuché reproches por doquier en dicho encuentro.
Me preguntaba si los reprochados irían a “ver” las cosas de manera diferente a partir de esa consecuencia, el repropche de sus actos.
Resalto la palabra ver porque nos concentramos siempre en el hacer. Quizà lo hagan diferente, pero no lo vean diferente.
—¿Por qué lo harían diferente sin verlo diferente, Diego Sosa?
Cuando somos criados en un ambiente de miedos y castigos, hacer las cosas como nos mandan no conlleva a aprender a hacerlas de esa manera, simplemente estamos evitando las consecuencias. Es por obediencia, no por convencimiento. Volveré a esto más adelante.
Ya sabemos lo que muchos hacemos cuando podemos evitar las consecuencias. O cuando el
premio es más satisfactorio que el dolor que ella causa. Ocultamos, o con oídos sordos
escuchamos, el reproche. Joseph, ¿Nunca llegaste después de la hora pactada a pesar de saber que
habría represalias?
Vuelvo al tema de la obediencia. Cuando hacemos las cosas porque así nos las exigen, sin
pensar en nada más que evitar consecuencias, terminamos incluyéndolas en nuestro
repertorio de aprendizajes y más tarde de enseñanzas. Hasta aprendemos a enseñar a base de
castigos. Muchos andan por la vida obedeciendo órdenes para evitar castigos. Como los que
trabajan para corruptos, por no perder su paga mensual dejan pasar todo lo malo que ven… y
hasta lo defienden.
Salgamos del extremo, digamos que deseamos que el niño tenga disciplina, le pedimos que
retorne a una hora específica y cumpla con su compromiso. ¿Es su compromiso o una
imposición? Iniciemos por hacerlo tomar parte en la decisión, acordemos una hora. Y al no
cumplirla, debe reflexionar de todo lo que hace con su comportamiento. Debe entender la
consecuencia de perder la confianza, que es peor que un reproche.
Joseph ¿Puedes reflexionar ahora sobre un reproche dado o recibido?
Diego A. Sosa Sosa
Escritor, consultor y conferencista.
Diego, si hubiera estado en el Jet que habrás hecho, tú que hablas de miedos e inseguridades, eh Diego yo te voy a contestar, es la vida que mueve sus dados y de seguro te habrán encontrado con la mierda al pecho.
ResponderEliminar