lunes, 22 de septiembre de 2025


Con la llegada de los primeros ejemplares del pasaporte electrónico, la República Dominicana se acerca a un cambio trascendental en la forma en que sus ciudadanos se conectarán con el mundo. Esta importante medida fortalecerá la confianza internacional en nuestro documento de viaje y colocará al país en mejores condiciones para negociar acuerdos de eliminación de visados y en materia de seguridad.


El pasaporte electrónico aterriza finalmente en territorio nacional gracias a la voluntad política del gobierno de declararlo prioridad nacional. Su implementación responde a una necesidad postergada desde hace más de una década: adecuar la libreta a los estándares internacionales ya adoptados por alrededor de 150 Estados.


En términos prácticos, el nuevo documento ofrece mayores niveles de protección y control de datos, reduciendo el riesgo de fraude y de suplantación de identidad. Esta solidez tecnológica se convierte en un aval de credibilidad internacional sobre el compromiso del país con la seguridad de los flujos migratorios y la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado.


El pasaporte biométrico, como también se le conoce, brindará mayor confianza a las autoridades migratorias y permitirá agilizar los trámites en los puntos de control fronterizo. Esta ventaja cobra especial relevancia frente a la puesta en marcha del Sistema de Entradas y Salidas (EES) de la Unión Europea, el cual automatizará los chequeos migratorios para quienes cuenten con este documento. Esto significa que la República Dominicana no solo se moderniza, sino que se coloca a la par con uno de los espacios migratorios más exigentes y relevantes del planeta.


Ahora bien, la verdadera relevancia de la nueva libreta de viaje trasciende lo tecnológico. Esta innovación abre la posibilidad de que la República Dominicana pueda solicitar oficialmente a la Unión Europea la exención del visado Schengen para viajes de corta duración, un beneficio del que ya gozan la mayoría de los países latinoamericanos.


ara alcanzar esta meta histórica, el país deberá articular una estrategia diplomática que conjugue dos aspectos fundamentales. El primero es obtener el apoyo político de los países comunitarios, acción que se encuentra en una etapa avanzada gracias a los esfuerzos del presidente Abinader, quien logró personalmente el respaldo de España, Italia y Portugal.


El segundo, requerirá que la Cancillería mantenga su rol activo y estratégico, desplegando a sus diplomáticos en Bruselas, y en las principales capitales europeas, para dar a conocer los avances técnicos del país y construir alianzas que posicionen el interés dominicano en los espacios donde realmente se toman las decisiones.


El pasaporte electrónico es un paso importante que abre nuevas puertas a la República Dominicana, pero su trascendencia dependerá de la capacidad del Estado de transformar este avance en resultados concretos. Convertirse en la llave que permita a los dominicanos viajar en igualdad de condiciones que otras naciones, sin barreras burocráticas innecesarias, es el reto que queda por delante. (Leonel Mateo Hernández/Diario Libre)


 

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