LO QUE DICE ANGEL PUELLO

 Por Ángel Puello

Durante años hemos sostenido, desde esta reconocida plataforma de MERENGALA  de Joseph Cáceres, que la televisión no está muriendo, sino evolucionando. Lo que cambia no es su esencia, sino la manera en que la consumimos. Y una vez más, el tiempo nos da la razón: la nueva apuesta de Meta confirma que el futuro de la TV ya está aquí… y no se puede tocar.

 

También a nivel mundial,durante  décadas, muchos predijeron la muerte de la televisión. Sin embargo, los hechos demuestran lo contrario: la televisión no ha muerto, solo ha cambiado de piel. Lo que realmente está desapareciendo no es el hábito de mirar contenido, sino la forma en que lo consumimos. Hoy, la revolución tecnológica nos conduce a una nueva dimensión donde el televisor deja de ser un objeto físico para convertirse en una experiencia inmersiva.

La compañía Meta, liderada por Mark Zuckerberg, ha presentado recientemente su propuesta más audaz: un televisor inteligente en realidad virtual, una innovación que redefine por completo la relación entre el espectador y la pantalla. Este proyecto, bautizado como Horizon TV, transporta al usuario a un espacio digital tridimensional donde puede ver series, películas o programas en un entorno virtual tan realista que borra los límites entre lo tangible y lo imaginario.

Zuckerberg, quien ya en 2017 anticipaba el fin del televisor tradicional, ha convertido su visión en un hecho. Lo que antes era una predicción futurista —“¿por qué pagar cientos de dólares por una pantalla, cuando puede ser una aplicación virtual?”— hoy es una realidad palpable. Con las gafas Meta Quest, el espectador accede a un universo donde las imágenes flotan, las interfaces cobran vida y la televisión se vuelve interactiva y personal.

Esta transformación no solo cambia la manera de mirar contenidos, sino que abre un nuevo modelo de negocio. Meta experimenta con publicidad inmersiva, catálogos inteligentes y experiencias personalizadas, donde la inteligencia artificial selecciona lo que más nos gusta y lo proyecta ante nuestros ojos como si el futuro fuera un cine privado.

Pero detrás de este avance tecnológico hay una reflexión más profunda: la televisión nunca desapareció porque forma parte del alma humana. Siempre necesitaremos historias, imágenes, emociones compartidas. Lo que cambia es el medio, no el mensaje. La evolución de la televisión hacia la realidad virtual demuestra que seguimos buscando lo mismo: sentirnos parte de algo más grande, conectarnos con mundos posibles.

El reto, ahora, será encontrar un equilibrio entre la fascinación tecnológica y la esencia humana. Porque si bien Meta está reinventando la forma de mirar, lo que realmente nos atrapará no serán los píxeles ni las gafas, sino la capacidad de soñar frente a una pantalla que ya no existe, pero que sigue emocionando como nunca.