Vakeró sustituye tatuaje de Martha Heredia por uno de Chucky, "El Muñeco Diabólico"

De tatuajes y ocho cuartos…

El portal fuegoalalata ha publicado, vale, la foto del Vakeró con el tatuaje de la infanta Martha Heredia, antes y después, en su brazo izquierdo, como podéis observar en la primigenia fotografía.
A buenas horas, mangas verdes, reza un refrán muy castizo...
Bien valdría considerar que si para nada algo le ata a la infausta cantante del Latin American Idol, pues, lo mejor que  podéis haber hecho, es borrártela del brazo. A la Marthita la han borrado con "sica de gato", como decía mi abuela Conchita, algo que de seguro cuando se entere no será de su agrado. 
Pero que más da, a falta de pan, buenas son tortas, (He venido muy refranera) si esa pobre alma en pena, hasta el final le quiso hacer daño. Hace tiempo que Vakeró debió disponer de ese tatuaje de la Martha, mandándolo a la mierda, pues sin él querer le asocia a un triste episodio, que ni él, ni yo, ni usted querrá vivir alguna vez, ¡gilipollas!
Pues os digo, que la quitada del tatuaje está más que bien hecho, pues después de todo, a menos bulto, más claridad, que para nada conviene al artista semejante fantasmal sombra. ¡Joder!
Lo que aun no entiendo es por qué ha sustituido el tatuaje de la Martha por una figura grotesca, que según fuegoalalata asemeja a Chucky "El Muñeco Diabólico".
Y ahí si que no le voy a acopañar, amigo Vake. Si ya se ha divorciado de la Martha, y la ha sacado de su vida, necesidad no hay que mandar ese metamensaje de compararla con "El Muñeco Diabólico", cuando no falta quien piensa que ese muñeco es usted. Y perdóneme, que usted tampoco es ningún santo.
Sin percatarse, y sin darse cuenta, con ello lo puede el Vakeró estar convirtiéndola en víctima, porque ahora misma se trata de una mujer confinada, indefensa, a la que no se le debe propinar más golpeo, sino dejar que la justicia determine su destino. Eso creo yo, vale.
Y no negamos que la Martitha ciertamente pueda ser más mala que Chucky "El Muñeco". Pero ahora mismo, está encerrada en una celda, que aunque quiera defenderse no puede. ¿Entendéis?
La superiodidad en el ataque de Vakeró es más que evidente, ¡Ostia!
Bastante tiene ella con una espada de Damocles pendulando, en una especie de ensayo para cortarle gañete. ¿Se oye cruel, verdad?
No seais cruel tú, Vakeró, que bastante encendiste tu mecha de ese fogón.
Los soldados que ganan la guerra  se lucen y se ven mejor cuando son generosos, y no hacen leña del árbol caído, vale.