lunes, 31 de diciembre de 2007

El Lenguaje Subliminal en el Merengue

La publicidad subliminal fue prohibida en los Estados Unidos y en muchas partes del mundo desde el instante en que se hicieron los primeros experimentos con la misma.
Se consideró inadmisible el que se pretendiera manipular la mente humana de esa manera, sin darle al individuo la oportunidad de escoger o discernir en torno a lo que estaba viendo.
En el aspecto visual consite en insertar un cuadro diferente al del resto contenido en una imagen que literalmente no es captado por el ojo humano, pero que si deja en el cerebro la sensación de que se le ha visto.
Digamos que estamos viendo una película y en los 24 fotogramas que por segundo tiene una imagen, se inserta uno diferente. Por ejemplo, el nombre de Cocacola, que al pasar tan rápido no se ve, pero en la mente queda el “flash” de que se ha producido un estímulo hacia la popular bebida gaseosa.
Es una manera de clavarle en el subconsciente a la gente un comercial sin que se percate de que le han bombardeado una bomba silente en su mente.
Con esa publicidad subliminal se procura estimular al espectador que de repente pueda que sienta el deseo de beberse una Cocacola.
No una Pepsi, sino una Cocacola, porque esa marca es con la que le han manipulado el subconciente.
Por eso se prohibió la publicidad subliminal, que usaban los nazis para manipular a la gente en la Alemania de Hitler.
La antesala viene a propósito de lo que aquí se ha venido haciendo en la música en la señalada vertiente.
Sabían que aquí se ha usado el lenguaje subliminal en el merengue?.
Y nos vamos a los ejemplos concretos, porque aquí cuando decimos que “la burra es baya” es porque tenemos los pelos del animal en la mano.
Un caso hasta cierto punto rudimentario lo vemos en Julián Oro Duro con el merengue donde se repite la palabra “metro, metro, metro”, aparentemente con una intención inocente, porque de lo que se habla es del metro.
Sin embargo, con la rapidez con que se repite la palabra uno termina oyendo que se dice “mételo, mételo, mételo”, que en el fondo es a donde quiere llegar Julian, haciéndose el pendejo, como si no lo conociéramos.

Un Metro que Camina con Toño

Pero no crean que es solo Julian el que se ha querido pasar de listo con esos rejuegos vocales en el merengue
Ustedes recuerdan en el pasado un merengue de Johnny Ventura que repitía la frase “Mirala como camina Toño, mírala como camina, Toño”.
A quienes lo escuchábamos nos parecía que en vez de Toño, a veces decian “coño’. por lo que decidí investigar el asunto.
Y saben qué sucedía?. Durante la grabación del tema en el coro de voces que decía “Toño” se insertaba una voz que decía “coño”. Al mezclarse, siendo el coro que decía Toño mayoría, el “coño” se condundía, pero ahí estaba, provocando el efecto deseado en la gente. Una especie de "to be or not to be", que para el caso era un "lo escuché o no lo escuché?
En el fondo, aquello no era más que uno de los desafíos de Johnny contra doña Zaida Ginebra la presidenta de la Comisión de Espectáculos Públicos, que le prohibía algunos temas, entre ellos el que decía “que se acabe el arroz, la leche y la gasolina, pero el ron que no se acabe porque esa es mi medicina”.
No es coincidencia que después de eso Johnny grabó el merengue Ley Seca que por cierto se escucha mucho ahora en Navidad, que en sus letras dice: “Mi mujer se llama Zaida, y siempre se opone a todo, me prohibe que yo beba y que tome ron. Está navidad, yo quiero beber, y si es que Zaida se opone , qué le voy a hacer”.
Recuerdo que ese merengue irritó mucho a Doña Zaida, pues en una ocasión en que coincidimos en un lugar, como ella sabía que trabajaba en el programa El Show de Johnny Ventura, aprovechó para enviarle conmigo un "mandado" al caballo en términos nada agradables, y muy sorpresivos, sobre todo en la boca de una dama.
Según Ventura, el uso del nombre de Zaida fue una pura coincidencia, alegato que merecía haber sido inscrito en el concurso de cuentos de Casa de Teatro de ese año.
Pero bien, volviendo a lo subliminal, ese fue un recurso para decir “coño”en un merengue en tiempos en que la sensura no lo permitía.
Hoy los coños están en la radio a la orden del día.
Raro es el día en que no se escuche uno en los programas interactivos de la radio, sin necesidad de disfrazarlo ni subliminarlo.

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NIURKA BAEZ,
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