Está bien que los integrantes del denominado “merengue de calle” sean figuras humildes, de limitada formación cultural, pero no por ello deben necesariamente comportarse de manera tan burda.
Son unos verdaderos brutos, porque éste año en que ya tenían a su favor una parte de la membresía de Acroarte que estaba de acuerdo con que se abriera un renglón para ellos en los premios Casandra, dieron una gran metida de pata.
En el momento en que se iba a someter la moción para que se premiara el merengue de calle se reveló en la asamblea algo que ya estaba corriendo en los mentideros artísticos y en programas como El Gobierno de la Mañana y Los Dueños del Circo.
Se denunció que un “hombre del maletín” había hecho una reunión con un grupo de cronistas de arte en el hotel Jaragua, para que se incluyera el merengue de calle, y en particular que se le diera un premio a Omega, en torno a lo cual ya se había montado una campaña mediática la semana pasada.
Eso bastó para que cuando se sometiera a votación la propuesta fuera rechazada por la mayoría de la asamblea.
Cómo se le ocurre hacer una reunión de periodistas para bajar la línea de votar por un candidato, en un medio en que todo se sabe?
Editores de espectáculos, periodistas y alguknos que estuvieron en la reunión corrobaron la denuncia, al tiempo que se desligaron de la misma
El asunto es que si se incluía el renglón se iba de inmediato a desacreditar diciendo que se hizo por cuartos.
Esta experiencia deberían asimilarla los que andan haciendo campaña de nuevo para que les den el Soberano, convocando periodistas y ejerciendo presión para que se les tome en cuenta.
Si creen que así lo van a conseguir, se van a seguir “guayando”.
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