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Se retiró a tiempo, no sucumbió con las demás, y ello le ha permitido el retornar con nuevos brios y con una oferta válida a la televisión
Melissa se erige como un ejemplo de que es posible librarse de esa miasma en que devino el denominado movimiento de las megadivas, que lo único que arrojó como resultado fue rebajar a niveles degradantes a mujeres dignas de mejor suerte.
Otras muchachas, en torno a las cuales se articuló el nefasto concepto de mercadeo de las megadivas, lamentablemente no pudieron salvarse de la manipulación que las llevó a convertirse en piezas de consumo en un mercado de libre ofertas y demanda.
Por suerte, el megadivismo fue una moda artificial y pasajera, porque no estuvo sustentada en los valores reales de la mujer dominicana.
Puro fetiche...
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NIURKA BAEZ,
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