lunes, 21 de enero de 2008

ENHORABUENA, MELISSA

Qué buena noticia la del regreso de Melissa Guzmán a la televisión, después de ser madre, de convertirse al cristianismo, de asumir una vida matrimonial con responsabilidad en un proceso que le ha permitido purificarse y liberarse de esa suerte de vergonzosa desgracia conque la signó en sus inicios la denominación de megadiva.
Se retiró a tiempo, no sucumbió con las demás, y ello le ha permitido el retornar con nuevos brios y con una oferta válida a la televisión
Melissa se erige como un ejemplo de que es posible librarse de esa miasma en que devino el denominado movimiento de las megadivas, que lo único que arrojó como resultado fue rebajar a niveles degradantes a mujeres dignas de mejor suerte.
Otras muchachas, en torno a las cuales se articuló el nefasto concepto de mercadeo de las megadivas, lamentablemente no pudieron salvarse de la manipulación que las llevó a convertirse en piezas de consumo en un mercado de libre ofertas y demanda.
Por suerte, el megadivismo fue una moda artificial y pasajera, porque no estuvo sustentada en los valores reales de la mujer dominicana.
Puro fetiche...

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