La dueña de una tienda de ropa se ha encargado de poner “por las cuatro esquinas” a una joven comentarista de noticias de arte de la televisión criolla.
Dice la propietaria de la boutique que la joven cronista de noticias de arte le visitó en su negocio en compañía de un novio, o enamorado, que sin ninguna vacilación le hizo una compra de varios miles de pesos con el evidente interés de halagar a la chica.
Pero resulta que al día siguiente de la compra, la modelo y comentarista regresó sola a la tienda y devolvió todo lo que le habían comprado, argumentando que no necesitaba esa ropa.
A la dueña de la boutique no le quedó más remedio que devolver con tristeza los miles de pesos que había logrado con la venta.
Una manera astuta, pero poco elegante, que la comentarista empleó para ganarse unos chavos...
Pero no crean que esas avivatadas son de ahora.
Se recuerda una ocasión en que la vedette Olga Breeskin “La Venus del Violín” vino de gira al país.
El empresario que la contrató para actuar en su night club y casino se enamoró locamente de la venus y estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por tenerla.
Lo último que hizo fue alquilar una habitación que en el hotel donde estaba alojada quedaba frente a la de ella. Era una manera de no perderle “ni pié ni pisada”.
Recuerdo que la exhuberante “Venus del Violín” viajaba siempre en compañía de su madre y el empresario enamorado de la hija le daba miles de pesos en fichas para que ambas se entretuvieran jugando en su casino.
Madre e hija aparentaban que estaban jugando, pero en verdad lo que hacían era cambiar las fichas por dinero en efectivo, y se marchaban del casino con su buena “paca”
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