Amores Que Matan: Sergio

Cuando Sergio Vargas estaba en un momento incierto hace algunos años hubo una mujer "madurita" que se convirtió en su madrina y protectora.
Mírenla ahí en la foto, con un amigo...
No era otra que Glee Ballard, la italonorteamericana que regenteaba el Copacabana, la más popular discoteca hispana de Nueva York.
Copacabana es la discoteca latina de más fama mundial, a la cual hasta le compusieron un tema musical con su mismo nombre, que se convirtió en un clásico en inglés, español, portugués y otros idiomas
Sergio era “su niño lindo” y por ello, seducida por el “latin lover” , se dedicó en cuerpo y alma a proteger al artista.
Sin dominar del todo el inglés, “El Negrito de Villa” se la ingeniaba para comunicarse con la blanca señora.
Actuando como su manager le posibilitaba tocar en lugares muy exclusivos de New York, con el auspicio de patrocinadores como Cocacola.
Glee subió la cotización de Sergio y fue tan exigente que
prefería presentarlo solo en el Copa, pero no se lo daba a nadie por cheles, como acostumbraban algunos promotores y empresarios de Nueva York.
Lo cierto es que Sergio vivió una gran época con Glee, con la cual llegó a venir a República Dominicana para hacer donativos a la fundación que el artista posee en Villa Altagracia.
(Por cierto, que hasta hubo pleitos, porque supuestamente unos donativos que Glee hizo fueron “desviados” por allegados de Sergio de la época, que se comportaron como si fue a ellos que les hicieron la donación).
Todo estuvo de maravilla, hasta que Sergio dió el “palo” con el tema “Dile”,.
A partir de ahí el artista dió un cambio radical en su vida y le “sacó los pies” a Glee, quien por más que quería no podía comprender lo que estaba pasando.
Lo que si es seguro es que Glee se sintió muy herida por el abandono de que fue objeto, después de que ella había hecho tanto por el artista.
Y para que no hubiera duda de lo que era capaz de hacer una mujer celosa, Glee desató una fiera campaña en contra del merenguero, a tal punto que éste llegó a temer por su vida.
Por suerte la señora se “enfrío” cuando se le pasó el pique, y después de haber jurado que Sergio “se la tenía pagar”.