UN PRESO DE CONFIANZA

Cada quien tiene su ''maña'' preferida, y la del locutor Francis Méndez de Radio Amor de Nueva York era (o es todavía?) la de leer algo cada vez que iba al baño.

Si no encontraba un periódico o revista al momento en que necesita ir al cuarto sanitario, nada podía hacer.

En una ocasión en que se encontraba en la oficina de Juan & Nelson Récords en Brooklyn, le pidió permiso a Nelson Estévez para ir al baño, y como era costumbre entró con su periódico para leer.

El tiempo transcurrió y el reloj marcaba la seis de la tarde, hora en que cerraba la oficina.Como no lo volvió a ver, Nelson asumió que Francis se había marchado.

Así que cerró la oficina, bajó la malla metálica, le puso dos gruesos candados para segurar la entrada y se marchó hacia su casa.

Francis se entretuvo tanto leyendo su periódico que perdió la noción del tiempo y no se percató de lo ocurrido.

Cuando salió se llevó la sorpresa de que todos se habían marchado dejándole encerrado.

La malla metálica no le permitía mirar a la calle o hacer señas para avisarle a alguien que lo habían dejado encerrado.

Además de que no era buena idea porque lo podían confundir con un ladrón y llamar a la policía en una época en que todavía no tenía claros sus papeles de residencia.

Por suerte tenía a su disposición el teléfono de la oficina con el que se dedicó a llamar a la casa de Nelson para que regresara y lo sacara de su encierro.

Pero en la casa le informaron que éste no habia llegado

Las horas transcurrieron y nada de Nelson aparecer, lo que aumentó la desesperaciön de Francis, pensando que tendría que quedarse ahí hasta el otro día
Esa noche se hizo el proposito de nunca más leer en el baño...

Nelson se habia entretenido con unos amigos en un "happy hours" y llegó a su casa al filo de la medianoche, que fue cuando su esposa le comunicó que había dejado un preso en la oficina.

Eso si, un preso de confianza...