De Jiménez a Jiménez

Hay un grupo de cronistas de arte muy molestos con Juan Carlos Jiménez.
La oficina de Rubby Pérez le ha contratado para hacer relaciones públicas, actividad en la que se ha estado desempeñando desde hace tiempo el también periodista Jorge Jiménez.
A éste último se le mantiene en su trabajo, pero en una situación muy enojosa e incierta, puesto que lo han relegado a un plano secundario.
Se teme que de un momento a otro lo dejen cesante.
Pero fíjense en éstas coincidencias que nos llaman la atención: Ambos son periodistas, los dos laboraban para dos periódicos matutinos, se dedican a las relaciones públicas y también comparten el mismo apellido.
Siendo Jorge un periodista de buen trato, que se lleva muy bien con toda la gente del medio, y que más que nada le ha granjeado simpatías a Rubby Pérez, hay gente muy molesta con el trato que le están dispensando.
Pero sobre todo por la actitud de Juan Carlos de aceptar la designación en las oficina de Rubby lo que se interpreta como una indelicadeza y un claro atentado contra el trabajo de otro periodista.
Más aún en el caso de Juan Carlos quien trabaja para diferentes artistas, (Toño Rosario, Monchy & Alexandra) por lo que se le ve en una actitud de voracidad tratando de engullirse el puesto de otro colega, algo que se considera no debería ser.
Con el agravante de que el trabajo de Juan Çarlos no ha sido bien ponderado pues después que asumió el mismo con Rubby lo que ha hecho es alimentar una atitud belicosa y conflictiva del artista hacia otras figuras del merengue, lo cual no acontecía con Jorge Jiménez.
Hay que entender que quizas esa sea la clave del reforzamiento que ha procurado Rubby tratando de lograr incidencia en base a una actitud más contestaria en el medio, lo cual creemos es un error a juzgar por la experiencia de Toño Rosario y El Jeffrey que en su momento mantuvieron una actitud de crítica hacia los demás merengueros y ese laborantismo terminó perjudicándoles.
Por suerte, tanto Toño como El Jeffrey variaron ese comportamiento, aunque hay quienes dicen que lo hicieron tarde, pues como dice la canción “ No, No, No” de Romeo y Thalía “pero ya el daño está hecho...”