Suplidores Locales e Internacionales

Lo cierto es que las chicas del medio siempre encuentran a alguien de quien “recostarse” en procura de patrocinios y auspicios que van desde ayuda para participar en concursos de belleza hasta apoyo en el lanzamiento de un programa de televisión.
En esa corriente se ha podido ver al señor Luis Alvarez Renta, a Guido Gómez Mazara, como también en Nueva York a Carlos Gómez.
Más de una chica se ha “cobijado” en la sombra de Guido, incluyendo algunas que supuestamente están “realizando estudios” en los Estados Unidos.
Sin embargo el suplidor más codiciado de todos, el que más pleitos ha generado, es Carlos Gómez patrocinador de los calendarios de Celiné Toribio y de las aspiraciones a "la realeza" de Isaura Taveras.
Figurense, el diario The New York Post lo seleccionó como uno de los 25 hispanos más influyentes de la ciudad.
El hombre tiene cuartos de sobra, con su negocio de tarjetas de llamadas, el arroz Vitarroz, restaurantes, a más de su nuevo negocio que es un complejo hotelero turístico que está levantando en La Romana.
Ultimamente sin embargo ha surgido otro “suplidor”en la plaza de Nueva York, que por lo visto es la que tiene a la gente más “generosa”.
Se trata del propietario del restaurant “La Parrilla Latina”, un amiguito de Nikauly de la Mota que la ayudó en el lanzamiento de su programa, pero que ya no está con ella, debido a que ahora la que está “bateando” es La Condesa.
Los empresarios de Nueva York son los que han asumido el control de muchas de las mujeres que están en el negocio de la televisión.
Es tanto así que Yelidá, la hija del locutor Marino Guzmán “se disparó” hacia esa plaza, al percatarse de que en la misma es que está “la movida”.
Se ha mantenido viajando a Nueva York en procura de patrocinadores para El Bonche de la Noche.
Y como ella hay otras en la misma vertiente, lo cual no deja de ser conveniente para los suplidores locales, algunos de los cuales han dado síntomas de agotamiento.
Y es que mantener del todo bien a una megadiva no es tarea fácil.
A cualquiera “se le abre el pecho” tratando de complacer los caprichos de ciertas féminas que llevan una vida cara, muy cara.
Un amigo por eso dice que prefiere "atreaparlas de rebote".