La mayoría de los animadores de tarima dominicanos practican la discriminación racial en sus presentaciones.
Cuando les toca animar al público durante un espectáculo en el extranjero saludan y piden aplausos de la gente de diferentes nacionalidades.
Donde están los puertorriquenos?. !Dónde están los venezolanos?. Así gritan y vociferan.
Piden un aplauso de los colombianos, los mexicanos, los salvadoreños.
Pero nunca mencionan a los haitianos...
Y los haitianos están en el público, "agachapados", marginados, aunque lo cierto es que ellos ni siquiera se preocupan porque se les tome en cuenta.
Sobre todo en el área de la Florida que es donde más imigrantes de Haití hay.
Que conste que los haitianos también gustan del merengue y la bachata como cualquier otro público.
La actitud es comprensible, porque históricamente se ha fomentado la animadversión en contra de “los prietos” de al lado.
Siempre he creído que si las haitianas que vienen al país de manera ilegal cruzando la frontera fueran rubias, de pelo lacio y de ojos azules, en vez de devolverlas, hubiera una fila de dominicanos esperando que cruzaran para “protegerlas” y llevárselas a sus casas.
Es la verdad “monda y lironda”.
Pero, imagînense.. en lo que cruza dicen que no hay nada que buscar; que lo que más hay aquí es gente fea y que en todo caso esos haitianos vienen a “empeorar la raza”.
El único valor agregado que algunos le conceden a las pobres haitianas es el “atributo” del cocomordán, y ni siquiera así se les tiran.
Pero volviendo al punto de partida. pienso que algún animador de tarima debería hacer el experimento de pedir una bulla de los haitianos para medir su presencia en un espectáculo.
Aunque como he dicho los haitianos por idiosincracia siempre han preferido mantenerse en bajo perfil.
Los han maltratado y han sufrido tanto, que ellos mismos prefieren mantenerse al margen de todo, en sus gettos y en sus comunidades como el denominado “pequeño Haití” de los alrededores del Mercado Modelo.
No distan mucho de los dominicanos que están en Madrid, que no se juntan con los españoles, y prefieren concentrarse en el área de Cuatro Caminos donde hay restaurantes de comida dominicana, salones de belleza y discotecas.
Lo que los haitianos son aquí equivale a lo que los dominicanos son en Madrid. La misma segregación, la misma vaina.
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Yo siempre he dicho que hay que huir de los ghettos e integrarse en la cultura que acoge a uno, aunque sin perder la identidad cultural que nos da la tierra en la que nacemos. Cuanta verdad en este post!
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