ARTE NACIONAL
Por Joseph Cáceres
Cuando el merengue se hizo grande
El empresario Luis Medrano es sin duda el que mayor apoyo le ha dado a las agrupaciones musicales dominicanas, pues es el que siempre se ha preocupado por hacer con las mismas presentaciones multitudinarias, que son las que categorizan los géneros musicales.
Eso lo aprendió Luis de su compueblano José Tejeda, que fue quien con su Carnaval del Merengue catapultó ese ritmo a los mayores niveles de dimensión en la plaza de Nueva York, cuando lo llevó a los grandes escenarios del Radio City Music Hall, Lincoln Center y el Madison Square Garden.
Cuando el merengue llegó a los grandes escenarios, donde solo se presentan los grandes, se hizo grande.
Una respuesta al Casandra
Habían muchas expectativas con el megaconcierto de música urbana que se montó el pasado sábado en el óvalo de la Ciudad Ganadera.
Se recuerda que ese evento se iba a realizar en la misma fecha de los premios Casandra, lo cual se interpretó como una respuesta al hecho de que Acroarte no incluyó la música urbana en su premiación.
Para evitar confusiones, Luis decidió trasladar la fecha de su montaje.
Pero aún así la gente veía el evento como una respuesta, aunque fuera tardía, a la decisión que se había tomado de no premiar al merengue de calle en el Casandra
Quedaron mal parados
Pero lo acontecido al sábado allí deja muy mal parados a todos los que habían apostado a que el pueblo iba a dar una demostración de irrestricto apoyo a todas las grandes figuras de la música urbana y del denominado “mambo de la calle”.
La asistencia de unas dos mil personas en un recinto donde se esperaban cinco mil puso en evidencia que los “mamberos” puede que sean muy populares pero que al
momento de demostrarlo en grande se quedan cortos.
Desperdiciaron de esa manera una magnífica oportunidad de demostrar que merecen un mayor nivel de respeto.
Como todos juntos no pudieron llevar ni cinco mil personas a un pequeño local (mientras bachateros como Aventura reunieron más de 20 mil al Quisqueya y bajo lluvia) su destino al parecer seguirá siendo el de los lavaderos de carros (cars whash), discotecas de tigueres y otros lugares de poca monta.
Porque con Luis Medrano tuvieron no solo todo lo necesario para lucirse, sino que también fueron favorecidos por el hecho de que no llovió sino hasta el final en el lugar, y ni aún así pudieron demostrar su poder de convocatoria.
Se dirá que en otra ocasión será, pero ya es tiempo de que vayan buscando como hacerlo, de manera que se puedan quitar el ingrato “sambeninto” de que lo que hacen es música desechable que en esencia la gente no valora.
Que ese ritmo la gente lo usa cuando quiere y después lo echa al zafacón.
Si no están de acuerdo por qué no pudieron demostrar el sábado lo contrario?
josephcaceres89@gmail.com
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