domingo, 1 de junio de 2008

EL TORITO SE CASA CON LA GLORIA







Mientras algunos quieren mantenerlo en chismecitos baratos con El Toro, Héctor Acosta continua avanzando y trillando el camino de las grandes realizaciones.
Su debut como empresario artístico no podía ser más promisorio y espectacular.
El concierto Tres Sentimientos que montó junto a Sergio Vargas y Fernando Villalona en el Teatro La Fiesta del hotel Jaragua tuvo un éxito sin precedentes, no solo porque por primera vez se juntaban esa tres figuras en un evento de esa naturaleza, sino por la calidad de producción, la asistencia de público y el impacto provocado por cada uno de ellos en el escenacio.
Se puede decir que los tres por separado eran en si un show que muy bien cada uno por si solo pudo haber presentado.
El juntarlos pienso que hasta fue demasiado.
Y el que no fue porque se agotaron todas las entradas, de un teatro que se llenó arriba y abajo, de seguro que le dará un “dolor de cabeza” al enterarse de lo que ahí sucedió.
Al hablar de este concierto que abrió con Sergio Vargas, continuó con Héctor Acosta y cerró con Fernando villalona, nos vamos a permitir comentar del mismo en órden a la inversa. Es decir, desde el final hasta el principio.

El Sentimiento de Fernando Villalona

El Torito al concebir ese concierto pensó más en términos empresariales que artísticos.
Porque de otra manera como el evento era suyo, muy bien pudo haber sido el quien cerrara.
El propio Sergio dijo durante su actuación que El Torito es el artista del momento, el más “pegado” de todos.
Pero el prefirió dejarle el cierre a Villalona, quien no perdió la oportunidad de lucir toda su veteranía, madurez y dominio escénico
Fue sin duda la de Fernando la participación más acabada en término de la propuesta escénica que presentó al público, con todos los boleros y baladas que han hecho de este artista una de las figuras más emblemáticas de la canción popular dominicana.
Había que ver a Fernando, con la sobriedad de un caballero elegante, de gestos espontáneos, hablando lo necesario, con un acompañamiento musical semejante al de esas grandes orquestas conformadas por maestros que suelen acompañar a los grandes cantantes internacionales.
De verdad que “se botó” Fernando con una actuación memorable, que como digo, pudo haber sido por si solo un concierto.

El sentimiento de Héctor Acosta
El segundo sentimiento en escena fue el de Héctor Acosta, quien al ser el más popular de los tres en el género de la bachata, tenía de hecho una valor agregado.
Y es que la sola sucesión de su repertorio de éxitos de bachatas le aseguraban de inmediato el fervor del público, tal y como se pudo comprobar en cada una de sus descargas.
Pero no contento con eso el Torito se fue en trio, para alcanzar uno de los grandes momentos de esa noche de sentimientos de la que dificilmente pueda uno olvidarse.
La voz potente de El Torito parecía penetrar los corazones, creando una corriente de ternura sin límites de la que resultaba dificil sustraerse.
El coro y la interpretración de "Paz en la Tormenta" no pudo ser más emotivo, al punto de provocar las lágrimas en muchos de los presentes.
Para culminar con el inevitable merengue, como un elemento referencial que permitía recordar que en modo alguno se puede negar y olvidar la esencia vital del ritmo que le ha conferido singularidad a cada uno de ellos

El sentimiento de Sergio Vargas

En nuestro recuento de Los Tres Sentimientos de atras hacia adelante, debemos señalar que el turno de apertura concedido a Sergio Vargas estuvo más que justificado, porque solo él, con su desenfado y su comportamiento atípico, podía asegurar un inicio con aperitivos tan bien condimentados.
Pero al margen de toda la informalidad que El Negrito de Villa ha patentado como parte de su personalidad artística, hay en el un cantante que se crece, al que hay que tomar muy en serio cuando de expresar el sentimiento se trata.
Demostró además que, de los tres, es el que más se atreve a salirse del molde y quedar bien.
Es un “cabrón” ese Sergio haciendo acopio de los elementos que le permiten lucirse como intérprete en un escenario.
Indudablemente que solo un artista con experiencia es capaz de improvisar como se pudo ver al disponer de sus músicos y coristas de la manera en que lo hizo.
Sólo a un Wilfrido Vargas le he visto improvisar con su orquesta como lo hizo Sergio en Tres Sentimientos.
Al igual que los demás, no faltaría el merengue como “corolario” de su actuación y “La Quiero a Morir” en modo alguno podía ser obviado como su mejor representante en el repertorio de larga data del artista.


El sentimiento de René y el humor de Jochy

Ahora bien, nada de lo que sucedió en Tres Sentimientos se podía lograr sin el cerebro creativo de René Brea, que de nuevo demuestra en una producción para Héctor Acosta que es un realizador de espectáculos al que siempre se deberá tener en cuenta.
En producciones anteriores en que se han presentado cantantes de merengue cantando baladas el “show” no ha pasado de ser un desfile de merengueros “cantando baladas como en una velada”.
Aquí se percibía el hilo condutor de una idea de producción, con bailarines espectaculares que se lucieron en una coreografía montada expresamente para la ocasión, y no la rutina de “brinca y salta” con las que se acostumbra adornar algunos “shows”.
El final espectacular, con los tres sentimientos unidos en los merengue de Fernando fue un gran acierto para un cierre por todo lo alto.
Otra gran idea fue la selección de Jochy Santos como animador y presentador, de manera que durante el cambio de cantantes no hubo necesidad de esperar las fatídicas y aburridas pausas, en espera del ensamblaje del show siguiente y el montaje de los músicos.
Jochy con sus chistes le puso chispa a la noche, para hacer de Tres Sentimientos el mejor concierto criollo que se ha presentado en el país en lo que va de año hasta el momento.

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