martes, 24 de junio de 2008

LAS COSAS DE HIPOLITO

Siendo Hipólito Mejía presidente de la República siempre mantuvo conmigo un trato muy cordial.
Cada vez que nos encontrábamos en cualquier lugar, aún fuera en el Palacio Nacional, siempre jugaba bromas o me recordaba la época en que usaba el pelo al estilo africano.
-!Siempre te veía con tu afro!- me decía.
Por ello cuando junto a un grupo de colegas fundadores de Acroarte fui llamado para una condecoración el lunes 22 de marzo del 2004 en el Palacio Nacional con motivo del Día del Cronista de Arte sabía que pese a la solemnidad del acto algo divertido podía ocurrir.
Ese día se entregaba el premio Casandra y como parte de las actividades se había dispuesto, junto con la condecoración, la visita de Chespirito y doña Florinda al palacio para un encuentro con el presidente, como se puede apreciar en la foto, donde aparece “El Chavo” detrás del entonces primer mandatario.
Esa mañana cuando llegué al Palacio había una aglomeración de personas en la entrada al antedespacho, pero desde que el coronel Pepe Goico, jefe de la seguridad del presidente nos vió, de inmediato dio instrucciones para que me dejaran pasar de primero.
Claro, a Pepe le conozco desde su época de muchachada, pues siendo hijo de la cronista de arte Gloria Guerrero, quien era gerente de ventas del programa Con Freddy y Yaqui, a veces lo ponían a participar en algunas comedias con Cuquín Victoria y los demás comediantes del programa.
Hasta eso hizo Pepe Goico antes de ascender como guardia...
Tenía además una hermana buenísima con la que me llevaba muy bien, y que era la “apaga fuego” cada vez que me “pegaba” en pleitos con la peligrosa lengua de Gloria Guerrero.
Pues bien, para no alargarles la historia, en el mismo despacho del presidente Mejía se procedió a otorgarnos junto a los demás colegas la Condecoración al Mérito Civil.
Cuando me tocó el turno ya habían sido condecorados otros colegas, entre ellos Napoleón Beras.
En el momento en que colocaba la medalla en la solapa del saco, Hipolito aprovechaba para palpar con los dedos la textura de la tela del saco de cada condecorado.
Y cuando me tocó a mi salió con una de las suyas:
Al momento en que palpaba la tela en la solapa de mi saco dijo;
-Tu ves, esta tela es buena...no la telita kukiká que tiene el saco de Napoleón Beras.
Aquello se fue abajo, como pueden ver en la foto precisamente en ese instante, con el colega Carlos T. Martínez detrás de mi “muerto de risa”.
Es seguro que el "relajito" de Hipolito no le cayó bien al amigo Napo, que a veces no tiene muy buen sentido del humor, como lo demostró cuando el lío con Julio Iglesias.
Pero, en ese caso aunque no quisiera tenía que aguantarlo, porque era "uno de los chistes del presidente", del que además fungía como locutor oficial en sus actos.
Y es fácil?

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