!QUE MISERABLES!

Rosa María Vicioso, la directora del Teatro Nacional “pegó el grito al cielo” cuando se enteró de las críticas que le hicieron a la entidad en una rueda de prensa en su propio bar, por parte de los organizadores del musical Los Miserables.
María Castillo, que es la directora teatral del montaje, fue la que tomó la iniciativa para criticar el hecho de que los ensayos del musical se realizan bajo condiciones adversas en la sala del teatro, porque se les da muy pocos días para el montaje y el ensayo.
A las mismas también se agregó Nuryn Sanlley.
La directora Rosa María lamentó que se encontrara fuera del país cuando se produjeron esas declaraciones, pero al retornar y enterarse de lo que habían dicho los del montaje de Los Miserables dizque solo le faltó decir : !Pero qué miserables son!

A QUIEN LE CREO?

Rosa María tiene razón en lo que dice sobre las limitaciones conque se trabaja en el Teatro Nacional.
El mantenimiento de la estructura, sobre todo de la sala, conlleva una cuantiosa inversión que la entidad apenas puede cubrir.
Sólo en gasoil para la planta de emergencia se va un dineral y mantenerlo en operaciones es una verdadera odisea.
Encima de eso, hay productores de conciertos populares a los cuales se les sede la sala que dañan los equipos y no se preocupan por repararlos.
Es el caso de un ciclorama de 300 mil pesos que quemó un productor y que no ha pagado.
Por otra parte niega que Juan Hernández, el director de Impuestos Internos a los productores de espectáculos les cobre impuestos.
A quién le creo?

EL CELO DEL DOCTOR BALAGUER

Al leer todo esto me remonto a la época en que por primera vez se llevó el premio Casandra al Teatro Nacional, después de rodar por el auditorio de Bellas Artes y el Teatro La Fiesta del Jaragua.
Gracias a una gestión del empresario César Suárez conseguimos que nos dieran la sala, pese a la oposición de algunos “elitistas” del consejo que rigen la entidad, que se oponían a ello.
Y les voy a contar la anécdota de lo que sucedió cuando como parte de la producción se intentó quitar la primera fila de butacas de la platea para montar los rieles de un camara de televisión para hacer “dolling” en la transmisión de televisión del premio Casandra.
-No..No se pueden quitar esas butacas- le dijeron los directivos del teatro al productor de El Casandra.
-Pero, esas butacas se quitan y se vuelven a poner- le respondió.
-Mira, no nos atrevemos a autorizarlo. Para eso hay que pedirle permiso al presidente Balaguer, que es muy celoso con el teatro.
-Que?, El presidente de la República tiene que decidir eso.?, No puede ser.
-Pues así como lo oye...
El caso es que pese a la incredulidad fue necesario ir hasta donde el doctor Balaguer a pedir el permiso.
En su despacho, cuando se le explicó y se le dijo que sería un desplazamiento provisional de las butacas, Balaguer se echó hacia atrás en su sillón y esbozando una sonrisita socarrona dijo:
-Je je je. Asi dijeron los de Miss Universo. Se le permitió quitar las biutacas y después que terminaron las dejaron “arrumbadas” ahí. Je je je...dejenme esas sillas donde están, no me las quiten.
No podíamos creer aquello que nos estaba diciendo el presidente de la República, quien tenía ese teatro como su “niña linda”
En esa éppoca pueden estar seguros de no sucederían muchas de las cosas que hoy ocurren en el Teatro Nacional