MEMORIAS DE UN TROTAMUNDO

En agosto del 1992 participé en una gira por Europa junto a Pochi Familia y la Coco Band.
España, Francia, Alemania. Bélgica, Suiza, eran parte del itinerario de esa gira en una época en que la Coco estaba al máximo.
Durante nuestra estadía en Bélgica la orquesta estaba alojada en un hotel campestre en el pueblo de Antwerp, perteneciente a Amberes, ciudad de calles medievales, de monumentos renacentistas y de animada vida nocturna, centro de comercio de diamantes y el quinto puerto más importante del mundo.
Pero estábamos en Antwerp donde las calles lucen solitarias y en el hotel lo único interesante que había era que se comía muy bien.
Pero, sabíamos que hacía frontera con Holanda, con su fabulosa capital Amsterdam, famosa por sus “sex-shops” y su zona de tolerancia, donde las mujeres se exhiben en vidrieras , igual que los maniquies de una tienda de ropa.
Teníamos dos noches libres en que la orquesta no iba a tocar y no era verdad que nos ibamos a quedar en Antwerp
Así que nos pusimos de acuerdo para viajar a Holanda con Richard, uno de los alemanes que había contratado la gira de la orquesta.
Canero como el solo, pero lo único malo que tenía era que se había aprendido la frase de Kinito de “Y es loca que está?”, que repetía a cada momento para fuñir a Pochi.
Con Richard nos fuimos en la noche hacia Holanda y cruzamos la frontera sin darnos cuenta, ya que era una especie de peaje donde los vehículos no se detienen, como parte de la comunidad que han asumido gran parte de los países europeos.
Richard iba corriendo el Mercedes a 200 por hora y no soy amigo de la velocidad.
-Aquí se corre así, Joe- me dijo.
Me hice el loco, reconfortándome con aquello de que “algun dia uno tiene que morir”, mientras Pochi y José Amable Valenzuela se gozaban la velocidad a que iba conduciendo ese loco.
En el trayecto aprendí que esa carretera que une a Bélgica con Holanda es la más larga autopista iluminada.
Tanto así, que los astronautas cuando están en sus capsulas espaciales circundando la tierra al ver la prolongada hilera de luces, tienen referencia desde arriba de por donde están pasando.
Saben que es un punto entre Bélgica y Holanda.

Un mundo de sexo y fantasía

Cuando llegamos a Amsterdam Richard, como experto, nos llevó de inmediato a la zona de tolerancia donde veríamos a las hermosas mujeres en vidrieras y
conoceríamos además uno de los lugares turísticos que nadie se quiere perder cuando viaja a Holanda.
Desde que uno entra a la zona nota el cambio, pues hasta los pilotes de concreto en las aceras tienen forma de falo.
Muchos fueron los chistes que hicimos con esa hilera de “bimbines” de concreto en la calle.
“Ay José Lacay aquí”, dijo Pochi.
Mientras caminábamos a pie, deseosos de llegar a las calles con las vidrieras donde estaban aquellas hermosas mujeres que alimentaban nuestra imaginación y fantasía, seguíamos relajando y haciendo chistes con todas las tiendas, retratos, carteles y alegorías sexuales que hay en las estrechas vias peatonales. Todo allí es sexo.
Hasta que por fin llegamos, y comenzamos a caminar las aceras donde estaban las vidrieras donde se exhibían las mujeres en poses sugestivas.
Pero, Oh sorpresa!. Anda pal’ carajo!.

La gran sorpresa!

Yo no podía creer lo que estaba viendo.
En vez de hermosas mujeres europeas lo que había en las vidrieras era una valsa de mujeres dominicanas con aspecto parecido a las de la Duarte con Paris y la Bolita del Mundo de la Feria.
-!Esto es el colmo!. Esto no puede ser Richard, cómo es posible que tú traigas a uno desde Bélgica a ver estas mujeres de Santo Domingo-protesté airadamente.
-Diablo si.... y tan feas que son las malditas, son unos grillos-dijo Pochi.
Pero hasta Richard que era conocedor de la zona estaba sorprendido con tantas mujeres dominicanas en las vidrieras.
-Eso es ahora, porque antes no era así- dijo.
Lo grande del caso es que a medida que ibamos caminando frente a la hilera de vidrieras, las mujeres nos reconocían.
Algunas nos saludaban moviendo la mano y otras no disimulaban su asombro al vernos.
Sin embargo, habían otras que al reconocernos rapidamente rodaban la cortina para que no las viéramos.
Y de repente se oyó una voz a todo pulmón que retumbó en la noche proveniente de una de las vidrieras.
-Mujeres, escóndanseeeee!...que por ahí anda Yose Cácere y depué va pa’ Santo Domingo a hablá mierda!

FOTOS:
1.- Antwerp
2.- Amsterdam
3.- Carteles en una tienda de sexo
4.- Calle de las vidrieras en Amsterdam