viernes, 22 de agosto de 2008

MEMORIA DE UN ARTE EN EXTINCION

Un prisionero de guerra



Aquella tarde, luego de haber arreglado las diferencias surgidas con Iris Chacón, me presenté a la suite del hotel San Gerónimo donde estaba alojada.
Esa vez quien abrió la puerta y me recibió fue Junno Faría, quien había pasado a ocupar el puesto de Elín Ortiz .
Me saludó con amabilidad y me hizo pasar hasta la sala.
Iris salió de la habitación luciendo un atuendo casual muy sexi que delineaba su generosa anatomía y se ubicó frente a mi.
Encendí mi grabador de cassette y me dispuse a iniciar el proceso de preguntas y respuestas.
El ambiente de aire acondicionado del lugar estaba impregnado de su exquisito perfume...sensual, excitante, provocativo, irresistible, como si todo se hubiera dispuesto expresamente para la lujuria y el sexo.
No había comenzado a hacer la primera pregunta cuando la vedette hizo un movimiento involuntario que dejó ver su entrepiernas.
Aunque disimulé lo más que pude ya sabía que tenía panties negros...
Lo único que se me ocurrió fue toser de forma un tanto nerviosa tratando de disimular el impacto y terminé de hacer la pregunta.
Iris respondió a la pregunta de forma un tanto lacónica, lo que me obligó a buscarle variantes para que ampliara.
De repente pidió permiso, se levantó del mueble donde estaba sentada, de manera igualmente descuidada con las piernas y se dirigió a la ventana tratando de mirar hacia afuera no se sabe qué.
Al hacerlo se inclinó dejando ver las pompies...
No podía evitar mirarla, pero giré hacia el extremo donde estaba su marido sentado y me di cuenta de que me estaba observando con una sonrisa burlona un tanto caprichosa.
"Aquí hay un maco", pensé...pues el desparpajo conque se movía La Chacón no podía ser casual.
Algo se estaba cocinando, porque el marido estaba ahí, mirando a distancia, como gozándose lo que estaba ocurriendo.
Y yo no me podía tapar los ojos, aunque tampoco podía sumir una actitud de brechero.
Me hice el desentendido y seguí con la entrevista, aunque por dentro el llamado del instinto me tenía loco.
En el transcurso de la entrevissta volvió a ejecutar movimientos de piernas aparentamente casuales que me pusieron sumamente nervioso.
Era demasiado estímulo y provocación.
No es lo mismo ver a una bailarina en un escenario haciendo su show, que tenerla de frente mostrando sus prendas íntimas.
Estaba a punto de sucumbir pero cuando miré de nuevo a Junno ya en vez de burla en su expresión había una especie de desafío.
Parecía decirme, !atrévete a algo para que veas!".
Eso fue lo que leí en su rostro...
Me di cuenta de que Iris Chacón en el fondo no me había perdonado por l
o que había publicado y estaba apelando a sus atributos femeninos para mortificarme y maltratarme.
Aquello era una especie de tortura china, parecida a la del prisionero sediento al cual le desparraman en el piso una vasija de agua fresca...
Terminé la entrevista, me despedí, y salí de allí ''turulato'', con el cerebro ''quemado'' y con una mano en el bolsillo.
Tenía ganas de denunciar a Iris en el Tribunal de la Haya por haber sometido a intensas torturas a un ""prisionero de guerra".
FOTOS:
Iris Chacón

5 comentarios:

  1. Es impresionante como el paso del tiempo no impide que narres esas vivencias como si te hubieran sucedido ayer mismo.
    Definitivamente,cada día más eres digno de mi admiración.

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  2. Wao Joseph que pela te dio la Chacon, pero es que "con candela y puya hasta el diablo suda" no es facil tener un tronco de mujer como esa enfrete bajo ninguna circunstancia.

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  3. jajajajajja....ven aca y que de iris que tengo tiempo que no se de ella....

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  4. Lo ultimo que se supo de ella era que estaba viviendo en Orlando, FL y se habia convertido al cristianismo.

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  5. Hola Josep

    Este articulo esta muy bien . Me gusto mucho como tu narra todo es como dice el caballero parece que fue ayer.

    Ray Hungria

    New York

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NIURKA BAEZ,
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