sábado, 25 de octubre de 2008
ANECDOTAS DE LA FARANDULA
Ahora que recordamos la época de El Caribeño me viene a la memoria la ocasión en que se amenizaba allí un baile con Aníbal Bravo y la Típica Dominicana.
Al finalizar, el cubano Marcos de Córdoba, creador del famoso programa infantil en el que hacía el personaje de El Sherif Marcos me pidió que le acompañara a su casa en Los Prados, donde había ordenado que le prepararan un sancocho, pues nada mejor para cerrar la noche que un buen caldo.
Le agradecí la invitación y le dije que lo iba a seguir en su vehículo, pues no sabía donde quedaba su casa.
Cuando me disponía a marcharme un amigo me preguntó qué iba a hacer después del baile, pues anteriormente se acostumbraba que uno siguiera la ruta en los ''after hours'' o se fuera a ver el segundo show de las bailarinas del José Night Club.
-Voy a la casa del Sherif Marcos en Los Prados, que me invitó a un sancochito- le dije. Me despedí y lo dejé, pues el Sheriff ya se estaba montando en su carro.
Tal y como habíamos convenido, el cogió alante y yo le iba siguiendo.
Pero, !oh sorpresa!.... cuando miro hacia atrás por el espejo retrovisor veo que venían como 20 carros en fila india detrás de mí..
-No puede ser, es imposible!- me dije.
Pues si señor, el tipo al que le revelé a donde iba al parecer regó la voz del sancocho en la casa del Sherif Marcos y todos esos carros que me seguían, iban directos para allá sin haberlos invitado.
Me daba verguenza, por lo que iba a pensar el sherif, que gentilmente me había invitado a mí a un sancoho familiar y yo le estaba llevando más de veinte gente. No, de ninguna manera iba yo a permitir eso. Prefería no ir y me dispuse a decírselo al sherif.
Pero el sherif se había percatado de la situación, y rapidamente montó un plan de contingencia.
Aceleró el vehículo, que hasta ese momento iba lento en caravana, dobló varias cuadras y desapareció.
!Eso mismo voy a hacer yo!, me dije. Aceleré y doble varias esquinas y desaparecí, tomando rumbo hacia mi casa.
Al día siguiente me llamó el sherif y me contó que todavía a las tres de la madrugada escuchaba carros pasando y dando vueltas como locos en una calle tan tranquila como la suya.
Eran los lambones buscando su casa a como diera lugar.
Ya el sherif se habia abrochado su sancochito y estaba agachado y bien guillado....
FOTO:
Marcos de Córdoba
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Ja, ja, ja, te creo totalmente, aunque realmente cometiste un error bien grande al dar la respuesta con tanta sinceridad, en esos casos es mejor decir "Tneog una movida, pero antes voy a escoltar a fulano a su casa que lo veo pasado de tragos".
ResponderEliminarAlpha