ACROARTE Y LA ACD

Por Johnny Arrendel

Para fijar posición en torno a cualquier situación, incluso cuando se es crítico en grado acido, como Vladimir, no es necesario ni elegante ser también irrespetuoso u ofensivo con toda una clase.
Preocupado por lo que se está dando, Joseph Cáceres, el más emblemático de los comunicadores que analizan la actividad artística en el país, expone la permeabilidad de Acroarte, lo que ha debilitado la institucionalidad del gremio, y por ende su imagen.
No obstante, al establecer un paralelo con la ACD, aunque reconocemos la rigurosidad con que se maneja esa institución en la actualidad, también hay que observar que en los últimos años se ha deteriorado la calidad del cronista deportivo, aunque con varias y honrosas excepciones.
Los grandes narradores, cronistas, comentaristas y columnistas deportivos de antaño eran ante todo periodistas consagrados, capaces de brillar en cualquier área de la comunicación escrita u oral, verbigracia: Don Cuchito Alvarez Dugan, Alvaro Arvelo, Billy Berroa, Félix Acosta Núñez, Jorgito Bournigal, Fidencio Garris, Max Alvarez y su tocayo el "Reynoso", y el todavía activo, Roosevelt Coomarazamy.
Otros tal vez no se inclinaron por escribir, pero se constituyeron en artistas del buen decir, como: Tomás Troncoso, Freddy Mondesí y Juan Nova Ramirez. Estos últimos, aunque primordialmente locutores comerciales, tremendos analistas.
Nuevas generaciones mantienen la tradición de periodistas integrales, pero que se dedican al deporte, una de las áreas que en sí requiere mayor grado de especialización, ejemplos: Carlos Nina Gómez y Bienvo Rojas. Hay talentos jovenes excelentes, como Rafaelito Díaz, José Guerrero, Alberto y Ricardo Rodríguez, Mario Emilio Guerrero y Tomás Cabrera.
Aunque insito, tenemos muchos buenos profesionales en deportes, pero de un tiempo a esta parte hay quienes se enganchan a esa área de la comunicación solo en busca de beneficios, sin esforzarse en tratar de hacer un buen trabajo.
Incluso, en una distorsión, hasta hace poco, cuando en los periódicos impresos no se sabía que hacer con algún joven periodista que no mostraba muchas condiciones se le destinaba a las páginas de deportes.
Recuerdo que hace unos años jugó en la pelota local, tanto con el Escogido como con los Azucares del Este, un recetor llamado Jorge Brito, al final de los partidos ponía en aprietos a algunos reporteros ineptos que lo entrevistaban en camerinos, ya que su nivel de expresión e interpretación del juego era muy superior al de sus interlocutores, y esto lo percibían los radioescuchas.
Está el caso de una señora, graduada en una escuela universitaria de comunicación social sabatina, quien lleva años con la misma rutina de ofrecer resultados de los partidos de Grandes Ligas de la jornada anterior y nunca ha sido capaz de realizar un análisis fundamentado ni siquiera de una jugada, mucho menos de las perspectivas de todo un equipo, una división o una liga.
Ella no se da cuenta que la expansión del Internet, celulares, satélites y otras modernas tecnologías hacen innecesario ya que secciones televisivas presenten videos de jugadas tan antiguas como las del día anterior. Eso mismo que hacia Bienvo Rojas veinte y pico de años atrás en el Show del Mediodía.
Por eso creo que no basta con endurecer las condiciones para ser aceptado en Acroarte, sino que es preciso depurar la entidad y establecer el perfil de su membresía.
Contrario a Vladimir, digo que la categoría de miembro de esa entidad debería estar marcada por la capacidad de interpretar los factores y la calidad de una manifestación artística y canalizarlos para la información, comprensión y asimilación del gran publico, en unos casos porque en otros es selecto.
Es prioritario, además, fortalecer los aspectos de la ética periodística. Resulta preocupante y vergonzoso que algunos cronistas, de cierta nombradía incluso, aprovechen la cercanía con artistas, empresarios y promotores para picotear de la manera mas descarada, como denunciara Cáceres aquí.

FOTOS:
1.- Billy Berroa
2.- Juan Nova Ramírez
3.- Freddy Mondesí